Estimado Sr. expresidente.
Espero que al recibir mi misiva tanto usted como su familia estén bien de salud, pese a las circunstancias del momento.
Deje que me congratule por no haber vuelto a ser reelegido como presidente de los Estados Unidos de América. Precisamente la democracia trata de dejar en manos del pueblo valorar el trabajo durante el mandato. Parece ser, que muy a pesar suyo, con pataleta incluida, ha sido sustituido de su cargo. No es que haya perdido por la mínima. No, que va. Los futboleros diríamos que ha sido por goleada.
Ya sabe que tiene que ir haciendo las maletas y salir de la Casa Blanca. Ahora tendrá tiempo de sobras de ir poniendo en marcha su plan con una multitud de abogados, para seguir dando rienda suelta al cabreo con las demandas que tiene preparadas ante los tribunales.
Supongo que ser el puto amo de un país como el suyo y tomar decisiones no es tarea fácil, pero al final se ha dado cuenta de que solo estaba de prestado, que no era un puesto vitalicio y que cualquier decisión que haya tomado ha sido juzgada con lupa por un pueblo sabio y no ha salido bien librado. No ha sido el mejor presidente de los Estados Unidos de la historia de América ni por asomo, pero puede irse usted tranquilo, porque ha dado mucho juego. Ha conseguido que todo el mundo estuviera pendiente de sus tonterías que no fueron pocas durante cuatro años.
Y ahora le voy a hacer una pregunta. ¿No cree que se equivocó con las medidas tomadas sobre el COVID-19? Si se hubiera sumado a la idea de imponer el uso obligatorio de mascarillas, mejorar las instalaciones, el sistema sanitario y haber tomado decisiones valientes para evitar millones de contagios y millares de muertos. Seguro que se hubiera ganado la simpatía y el voto de más compatriotas y podría haber cambiado su suerte.
Tranquilo, tampoco es solo por este motivo por el que usted y su familia vuelven a casita. También ha habido otros despropósitos para que el pueblo haya elegido a su oponente Joe Biden. Algo habrá hecho mal Sr. expresidente. No le dé más vueltas, pero a mí me da la impresión que este mundo sin usted será mucho más seguro.
Un saludo. Juan José Cardona.
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