Pero en este país nunca pasa nada. Sale el listo de turno y dice que esto es misión del gobierno central y tal y tal. Nada, tontearías. Otro espabilado, con la cara más dura que el cemento armado, suelta que los sanitarios están de vacaciones y que después de fiesta reanudarán sus tareas y el tipo se queda tan tranquilo. Vaya par de cojon... ¡Ver para creer!
Y a mi se me hace un nudo en el estómago y me pone de los nervios que tanto inútil tenga un sueldo del gobierno y quede inmune por decir estas atrocidades que atentan a la paciencia e inteligencia del ciudadano. Sí, son unos incompetentes, ahora lo sabemos nosotros, pero seguro que también lo sabían antes sus parientes y amigos y no le impidieron presentarse a un cargo público.
Esto no es serio. No estamos hablando de abrir o cerrar bares, cortar carreteras, perímetros o incluso comunidades enteras. ¡Por favor! Estamos hablando de salvar vidas humanas y cada día, cada hora que pasa, mueren personas inocentes. Mientras otros se están rascando la barriga.
Según informaciones de la Comunidad Valenciana, cada minuto hay un contagio y cada hora un muerto. O dicho de otra manera, que las vacaciones de unos cuantos, sin reemplazarlos, cuesta la vida de muchos españoles. Saca la calculadora.
Nada, que no aprendemos de países como Israel que dan prioridad absoluta a la vacunación de los ciudadanos. Porque el único interés del estado es la de salvar vidas y al mismo tiempo también salvarán la economía del pueblo a corto y mediano plazo. Vaciaran el sistema sanitario de CORONAVIRUS y la población se pondrá a trabajar tranquilamente sin riesgos de contagios.
Vamos, que es un sin sentido. La lógica es aplastante, incluso deberían poner a todo el sistema sanitario del ejército a disposición de los españoles. Habilitar cuarteles como centros de vacunación durante 24 horas de día y de noche, mientras tuvieran un solo frasco de vacuna en la nevera.
Dime tonto si quieres.
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIO.
