Llevo escritas unas cuantas crónicas que no dejo títere con cabeza, pero la verdad es que me lo ponen a huevo. Qué no, que aquí nadie hace las cosas adrede, nadie es capaz de hacerlo tan mal a sabiendas de que puede perjudicar e incluso matar a gente. Pero las decisiones de los políticos son difíciles de tomar y nunca llueve a gusto de todos. "Caixa o faixa".
Y tú me preguntarás ¿Y qué harías en su lugar? Pues mira por donde está no es mi misión. Yo no he elegido presentarme a ningún cargo público. Así que el que haya decidido ser político sabe que siempre estará en el ojo del huracán. Y diga lo que diga, seguro que se habrá equivocado al menos el 50% de las veces. Y por ello serán juzgados.
Y luego estamos los ciudadanos de a pie. Vamos, los que criticamos cualquier decisión política por principios. Que suele ser lo más común en estos días de pandemia. Yo definiría claramente a tres grupos: El rebaño, la manada y el nido.
Primero hablaremos del "Rebaño": Son las ovejitas, ciudadanos que por edad o riesgo, obedecen a pies juntillas cualquier decisión que se les imponga. ¡Señor! ¡Sí señor! Por temor al contagio de algún ser querido o el suyo propio. Esto hace que estén pendientes las veinticuatro horas y son fácilmente reconocidos por la calle como:
"RESPONSABLES".
Luego viene "La manada": los Lobos. ¿Que voy yo a decir del lobo? Pues que está considerado como el malo del cuento y contagia a las pobres ovejitas. Suelen tener el perfil de una persona de mediana edad un tanto extrovertida. No parece que el virus les preocupe en exceso y su egoísmo hace que no se dé cuenta del mal que están ocasionando a sus semejantes. A estos los conocemos como: "IRRESPONSABLES".
Y ahora vamos a por el tercer grupo "El nido": las ratas, estas comen aparte. Ponen en peligro la salud de la mayoría, infectando incluso la suya propia. Lo malo es que nunca sabes cómo y en donde toparás con ellas. Se esconden en sótanos y cloacas sin ningún tipo de precaución y van a su puta bola pensando que son inmortales. A estos les reconocerás a la legua porque son "IMBÉCILES".
Escribo poemas a la soledad, para hacerle compañía, haciéndole la espera más corta y más dulce la sonrisa. Soy de los que creen en el sonido del silencio o de los que habla con el mar. ¡Soy de aquellos que la gente piensa que estamos locos!
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