Un barquito de vela a la mar se tiró. Qué pequeño y estrecho es el Canal de Suez y lo grande que son los cargueros que lo cruzan. No creo que en 1969, cuando lo inauguraron, los barcos fueran tan grandes ni tan altos. Y en vaya lío que nos ha metido el barquito de marras.
No lo digo porque a mí me moleste que se pase allí una temporada encallado y de paso otros 300 barcos más estén esperando que lo rescaten. ¡Me la refanfinfla¡! Porque sigo confinado en mi provincia sin poder salir a ver a mi cuñada y a los sobrinitos.
Pero he oído que si no lo sacan pronto van a subir el precio del petróleo con lo que conlleva estas memeces al pobre ciudadano sin comerlo ni beberlo. Nos quedaremos sin papel de Wálter ni los pedidos de Ali express ¡Qué horror! Se dice y se comenta que otros artículos chinos también escasearan como: los muebles, los recambios de coches o los artículos de todo a 1 euro. ¡Imperdonable!
No te rías que en estos momentos es más importante el dichoso barquito que el COVID-19. Estos tipos van muy en serio. En esto de los negocios los millonarios no tienen amigos y les duele perder mogollón de dólares. ¿O no? Porque al final de los business las pérdidas lo asumimos los consumidores. No sé a qué viene tanta prisa por sacar el dichoso carguero. ¿Será que los americanos están detrás del asunto?
Qué desgraciados somos los currantes que siempre pagamos las cagadas ajenas de nuestro bolsillo.
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
