Ahora debemos ser los ciudadanos los que les devolvamos la pelota. Ellos, los que sean, saben cuál es la solución y no la ponen en práctica o lo hacen en cuentagotas. Nos mienten y sin embargo usan el viejo truco de hacernos sentir culpables mientras ellos se sienten inmunes porque son intocables.
Pues ya es hora de que cada cual cargue con su muerto y que no sigan agazapados en la retaguardia mientras en las trincheras mueren inocentes.
Solo hay una solución para parar la pandemia de una vez por todas y no es otra que vacunar a todo bicho viviente. Si hay que pagar más por la vacuna se paga o si hubiera de nacionalizar a las fábricas, pues que se haga. Igual que ellos nos pones un guardia en cada puerta para controlarnos como si fuéramos culpable de algo.
Que espabilen que ya estamos hartos de tanta incompetencia, no tan sola la suya, sino también a la de la Comunidad Europea. Nada, unos pringados es lo que somos y además de inocentes apaleados.
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y DE LA MADRE QUE LO PARIÓ.
