Una noche lejana, no quiero acordarme de qué año, tal vez estaba yo durmiendo, alguien se acercó a mi ventana. Me cogió de la mano y se tumbó a mi lado, ¿O estaría soñando? Porque al abrazarme, oí el revolotear de sus alas. Más allá de mis sueños, una hada me besaba.
Y allí estaba yo, con los ojos cerrados, con miedo a despertar porque no sabía si estaba soñando. La realidad pendía de un hilo y yo seguía intranquilo, por no perder el hada que permanecía a mi lado.
Sentí que acariciaba mi cara y que sus besos eran salados. No me atrevía a despertar, mi vida pendía de un hilo.
Le pregunté con cariño:
Le pregunté con cariño:
— ¿Eres tú el hada buena de mis sueños?
Temeroso, abrí un ojo y ya no había nadie sobre la cama, tan solo un puñado de polvos de estrella, ¿O seguía yo soñando con los ojos abiertos?
Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.