AMORES QUE MATAN.
Tuve palpitaciones al verla y es que la chica me tenía robada el alma y ahora que la tenía a mi alcance, fui a por ella con todas las consecuencias. Con un efusivo abrazo, que ella aceptó de buen grado, le comí la boca enterita. Mientras, la chica, de un empujón, me tiro sobre la cama y arremetió contra mis huesos, mientras yo me encomendaba al diablo.
Quise quitarle la blusa, pero ella era más experta, que no tan solo su ropa voló por los aires, sino que, en un santiamén, anduve yo desnudo, como Dios me trajo al mundo.
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES