lunes, 1 de noviembre de 2010

NO SERÁ FÁCIL SER ABUELO

¡Ay, madre mía de mi alma!,
que sin darme cuenta
se ha ido volando mi tiempo.
Ayer fui padre, y hoy,
me he vuelto abuelo,
y tengo que comenzar de cero.
Ayer era padre, y hoy,
me toca ser abuelo.

Tendré que volver
a empezar de nuevo;
tenerlo en mis brazos,
acariciarle con cariño
y con miedo de no
romperle el sueño.
Volver a sentir latir
su diminuto corazón,
y a cogerle el dedo
mientras está durmiendo.

Volveré a sentirme niño
para compartir sus juegos.
Tumbarme y hablar
en idioma secreto
e ir con mucho tacto
para que no rompa en llanto.

¡Ay madre!, qué miedo
que él vaya creciendo,
y yo vuelva a sentirme pequeño,
revolcándome por el suelo
en peleas sin descanso.

Tendré que detener mi reloj
para contarle cuentos
y dormirme antes de tiempo,
mientras él continúa despierto.

Retrocederé al pasado
y miraré dibujos animados,
y sin remedio, visitaré el zoo
para volver a ver leones y camellos.

¡Ay, madre mía de mi alma!
Y es que yo no sé
si sabré ser abuelo
y ver crecer a mi nieto.
Mirar cómo cambia
el color de sus ojos,
o el del pelo
y oírle balbucear “abuelo”.

¡Ay, madre mía!
Todavía hoy no sé
si eduqué bien a mis hijos,
¿cómo voy a educar
ahora a mi nieto?

La “a” con la “b”,
con la “u” y la “e”
más la “l” y la “o”…
suena: “abuelo”.

AMO TUS FORMAS

Amo tu forma de amar,
por ser pura y natural;
por dejar en mis manos
tu cuerpo celestial.

Cierras los ojos, abandonando
tu pudor a mi conciencia,
aligerando el peso de las telas.

Amo tu forma de ser,
por desnudar tu corazón
y convertirte en mis brazos,
en rayo de sol.

Sonríes jugando con mi pelo,
buscando de mis labios palabras de amor.

Al pisar el suelo,
contoneas el cuerpo con delizadeza,
como pidiendo perdón.

Amo tu forma de hablar,
por ser ocurrente y genial,
por compartir
noches de solitarias tertulias
a la sombra de un candil.

Y escuchar pacientemente,
extraños relatos en mi mente.
                                                   
                                                  A mi prima Àngela (foto)

Colección Hundido en mi colchón

DÍA DE LOS ENAMORADOS

Con cara de niña curiosa, me preguntaste:
-¿qué es estar enamorado?
Una sonrisa hizo ponerme en guardia,
al querer indagar en el fondo de mi alma.

Con semblante arrogante,
me puse a meditar con atención,
para no caer en el error de
buscar falsedades en mi elocución.

Estar enamorado es oler
el aroma de su piel,
y su fragancia en su ropa.
Es vivir en un cuento,
en un sueño que no te pertenece,
porque dependes de lo que
la otra persona siente.

Decir al viento "te quiero",
anhelo de cogerle la mano y salir volando,
cerrar los ojos y dejar que el corazón
vaya a buscarla en la distancia.
Acariciar su pelo, mirarle a los ojos,
hablarle de su cara de hada,
acercarse lentamente a sus labios,
y posarse sobre ellos como un pájaro,
rozar su piel como un manto de oro.

Cambiar la mente,
vivir en el mismo cuerpo...
morirte de deseo.
Estar enamorado es
estar siempre a su lado,
sin pedir nada a cambio.

Por la noche, soñar que la has besado...
Llorar por la mañana,
cuando no la encuentres a tu lado.
Vivir feliz cada día,
morir a la hora de la despedida.
Robar una rosa,
cuando pasees por el parque.

Estar enamorado es
mirar tus ojos lánguidos
cuando yo te hablo,
esperando un roce de tus labios...,
de vez en cuando.


Colección Hundido en mi colchón

AMANTES

 Embriagados de labios,
en interminables noches de besos,
se pierden los dedos entre cabellos,
mientras sus brazos sujetan
aquellos inolvidables cuerpos,
para que no desaparezcan.
¡Obsesionada locura de
ofuscadas noches de caricias!

Los gemidos al aire
rompen el monótono silencio
de seres retorcidos entre sábanas,
buscando el último aliento
de la persona amada.

Como los maderos
encienden las hogueras,
en cada abrazo, los enamorados
encienden una llama de deseo.
Igual que arden los "ninots" de las fallas,
se abrasan las entrañas
de los amantes locos de ansia.

Al alba, empapados de ceniza,
dejan que extrañas formas
adornen aquella desarreglada cama.

Colección Hundido en mi colchón

NO, TÚ Y YO NUNCA SEREMOS ROMEO Y JULIETA.

NO, TÚ Y YO NUNCA SEREMOS ROMEO Y JULIETA. Se moría la vida mía por acostarme a tu lado, aunque fuera un rato, un rato largo, claro. Solo pa...