te quiero todavía más.
Por no querer quererte,
quiero tu voz azulada
que me recuerda todo aquello
que nunca te atreviste a contar.
Por no querer quererte
quiero tu forma de andar,
porque vas dejando un rastro
de perfume de flores silvestres.
Por no querer quererte
te escribo canciones,
para borrar de mi memoria
que un día quisiste olvidar.
Por no querer quererte
te quiero más, mucho más
y ahora dentro, muy adentro,
me he vuelto tuyo, solo tuyo.
Sin inquietudes, ni locuras,
ni engaños, ni celos, solo tú…
Maravillosa, tranquila, serena. Tú.