lunes, 17 de octubre de 2011

LA CASA DE MI AMADA

La campiña estaba verde,
las plantas despertaban
con el calor del día,
mientras las flores esperaban
los primeros rayos de sol,
para abrirse hermosas.

Las amapolas rojas
contrastaban con el amarillo
de los vinagrillos,
y en medio de aquel paisaje,
sobresalía un algarrobo
grande y viejo.

Por el camino,
los pajaritos piaban contentos
a la llegada de la primavera,
y una manada de palomos,
voloteaban por los alrededores.

Las lagartijas curiosas
sacaban la cabeza entre las rocas,
para ver pasar a un hombre enamorado.

Las paredes del camino
dirigían mis pasos hacia
la casa de mi amada.

De lejos, parecía un castillo,
sacado de un cuento de hadas.
Salía de dentro la naturaleza,
rodeada de naranjos,
de algún limonero y también
de una espesa higuera
de higos chumbos.

Y a todo esto, en el fondo,
una montaña de pinos verdes
que la protege de los malos vientos.

Colección Almas nostálgica

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