LO QUE EL SEXO SE LLEVÓ.
Cruzaron la ciudad con dirección a su nido de amor. Por el camino, las ansías se apoderaban de los jóvenes que en cada encuentro la pasión les devoraba. El deseo cada vez era más fuerte, a ella le era difícil controlar el fuego interno con el que él la asediaba.
La ropa desperdigada por el suelo iba dejando el rastro de dos cuerpos desnudos jugando con los placeres de la carne. Las risas y las caricias los condujeron hasta "la cama prometida".
Y fue ella, aquel día, que con un sutil gesto de cintura, dio por finalizada la trama.