sábado, 31 de diciembre de 2011

LA LLUVIA VII

Se nos había hecho tarde,
el reloj no entiende de amantes.
Me vestí nervioso y apresurado,
como un elefante en un trastero.
Ella, como siempre, despacio,
sin dejar al azar ningún detalle.

Salimos deprisa con su coche.
Su marido, debía estar a punto de llegar.
El tiempo apremiaba, no era cuestión
de llegar con retraso, el tren no espera a nadie.
Al despedirse, me dio un beso, un solo beso,
un beso corto... Me supo a poco.
          
ELLA dio media vuelta rápidamente,
sin mirar atrás ni un solo instante. 
Yo corrí hasta el andén de la estación,
para no perder el tren de las 4 de la tarde.
Me senté en la ventanilla para ver el paisaje
y me puse a llorar sin consuelo.

-¿Qué creías, insolente tonto?
¿Qué esperabas hallar, en donde
no había nada que buscar?
¿Esperabas encender la chimenea
por la noche y encontrar la mesa puesta?
Pobre infeliz, ¿qué querías encontrar?
¿Algo diferente?, ¿Cómo someter
al amor y hasta al mismísimo tiempo?

Además, sabes que solo es un juego.        
Si mañana no quieres volver con ELLA,
puedes irte libremente donde quieras,
a esquiar a la montaña o volver al mar,
a tu casa, a vivir de nuevo en paz.

¡Pero, imbécil, no busques más excusas!

No sería justo decir que ELLA
te ha engañado, porque sabes
que en el fondo, ELLA te ama
y le gusta jugar y estar a tu lado.

Seguro que mañana, cuando las ansias
y el deseo te golpeen de nuevo,
¡volverás a vender tu alma al diablo,
para volver a estar junto a ELLA!

-Riiing, riiing, riiing...
¡Hola cariño!, ¿Cómo estás?
Mal, muy mal, pero... "te quiero".
Yo también "te amo"...
Piiip, piiip, piiip, piiip....


 Colección Almas nostálgicas
      

martes, 27 de diciembre de 2011

LA LLUVIA VI

Aproveche aquellos instantes
para poner mis ideas en orden.
La suave luz de las velas y la música
me envolvieron de paz y serenidad.

Me sentia flotar como una pompa de jabón.
La sensación era hermosa, embriagadora.
ELLA seguía dormida sobre mi pecho.
De vez en cuando, un suspiro delataba
su presencia en aquella mágica bañera.

Por mi cabeza pasaron mil ideas.
¿Que hacia yo allí con ELLA
 y cuando dio comienzo aquella historia?
¿Porqué me quise marchar o porque volví?

¿Porqué me había enamorado
como un loco de aquella chiquilla
y porqué ahora no concibo mi vida sin ELLA?
¿Que extraño brebaje me habrá  dado
o es que el roce de sus labios me ha hechizado?

¡Tantas cosas me pregunte
que no encontré una sola respuesta!
Me abandoné a mi destino 
y cerré los ojos para no volverme loco.
Preferí ignorar lo sucedido 
y seguir jugando con mi suerte.

¡Todavía no me explico, como Ella
pudo abrir la botella de champagne…
y desrramar el liquido sobre mi cabeza!
Me miró fijamente con ojos embriagados
y acercando sus labios a mí oído,
susurro un perverso…”te deseo”.

Al instante, sentí su mano izquierda
deslizarse sobre mi pierna.
Vi al pobre patito abandonado
a su suerte, flotando a la deriva,
entre la espuma espesa.
Su boca mordió  mi pecho
mientras con la otra mano se agarraba
fuertemente a mi cadera.

Un maremoto sacudió el baño.
Las aguas tranquilas de la bañera,
se convirtieron en olas de colores.
Un volcán de fuego nos abrasaba,
mientras una tormenta desataba
los gemidos de dos amantes.

Se extinguió la luz de las velas
y la oscuridad nos envolvió.
Desaparecio el patito y la botella,
por algún rincón de la bañera.

Volvio a posar su cabeza
sobre mi hombro y mientras
yo le acariciaba su negro pelo,
ELLA no cesaba de repetir…
"te quiero", "te quiero", "te quiero"...

Colección Almas nostálgicas

jueves, 22 de diciembre de 2011

LA LLUVIA V

La mañana había pasado en un plis-plas.
Desde la casa, se oían las campanadas
de la iglesia del pueblo, que anunciaba
que había llegado el mediodía.

ELLA, canturreaba feliz por la estancia,
mientras yo limpiaba los últimos restos
de tan fastuoso desayuno.

Oí al fondo del pasillo un ruido,
que me pareció el de un grifo abierto.
Supuse que Ella se estaría duchando
¡y no me extrañaba, con tanta
azúcar y tanta mermelada!

Seguí abstraído con mis labores,
hasta dejar la cocina limpia
como los chorros del oro.
Al darme la media vuelta,
allí estaba ELLA, sonriendo,
envuelta en una toalla blanca.

A mí me hizo gracia,
porque por un momento
la vi diferente, tal vez más baja,
más joven y más inocente.

ELLA, con gestos insinuantes,
me invitaba a que la siguiera.
Yo, como un esclavo, seguí sus pasos.

Dos velas alumbraban el baño,
a las que acompañaban un par
de jarrones con rosas rojas,
y de fondo, música de blues.

Había llenado la bañera con agua caliente
y sales de aroma de rosas.
¡La espuma sobresalía de la bañera!
Me quité la poca ropa que me cubría
y me sumergí en tan reconfortante agua.

Al abrir los ojos,
allí volvía a estar ELLA,
desnuda y con esos ojitos
que a mí me roban el alma.

En las manos, una botella
de cava y dos copas largas.
Se fue hundiendo en el agua,
hasta recostar su espalda
en la otra parte de la bañera.

Con los dedos de los pies,
buscaba juguetona mi entrepierna.
Y con un hilo de voz cansada,
me dijo en la distancia…: “te quiero”.

Chapoteó despacio hasta mis brazos,
llevando entre sus dedos
un patito amarillo de plástico.
Llegó perezosa hasta mi boca,
hasta besarme como una mariposa.

Y de esta manera, quedó dormida
como una niña pequeña,
pero en su rostro quedó grabada
una mueca picarona, que delataba
que ELLA... ¡seguía en pie de guerra!

Colección Almas nostálgicas

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA LLUVIA IV

Me levanté sin prisas, despacio,
pensando en lo rápido que
había sucedido todo aquella noche.
Abrí mi maleta y volví a
colgar mi  ropa en el armario.

¿Qué hacía de nuevo yo en aquella habitación,
colgando las camisas y los pantalones,
si ayer hice el equipaje con  billete de ida,
y hoy volvía a estar encarcelado?

¡Maldito sea este amor ciego 
que por ELLA siento!
¡Maldito tormento que
encuentro en sus besos! 
¡Maldito cuerpo y maldito
este deseo que me tiene preso!

Hoy el día había salido soleado,
la luz entraba por la ventana.
La casa olía a café recién hecho.
ELLA me llama con voz suave:

-Cariño, el desayuno está en la mesa.
El café, la leche, la mantequilla,
la mermelada, el azúcar y las tostadas.

Al llegar a la cocina,
no me atrevo a levantar la mirada
y a enfrentarme a tales embaucadores ojos.
ELLa, con carita de niña buena, me besa la cara.
A mí, todavía me duelen los huesos
de tantos juegos y tanta cama.

Me mira con descaro
y me pasa la mermelada.
Cabizbajo, le cojo la mano
y le acaricio sin remedio.
ELLA, levanta la cara
y me mira con ansias,
buscando en mis labios
la complicidad de la noche pasada.

Sonrío con disimulo,
mientras cojo la cuchara,
volviendo a bajar hasta
los zapatos la mirada.
De repente, se coloca
sobre mis maltrechas piernas
al tiempo que unta el dedo
índice en la mermelada.

Cayeron de la mesa
el café y la leche,
las tostadas, el azúcar,
la taza y la cuchara.
Cayó todo al suelo...
menos la mermelada,
ya que con la otra mano,
¡ELLA, salvó el tarro!

Saltaron al aire, de repente,
los botones de mi camisa
y cuando yacía en el suelo,
sin darme tiempo, untó mi pecho,
untó mi cuerpo hasta los rincones
más perversos...
¡de mermelada de arándanos!

Con el cuchillo, esparció
la mantequilla por mis labios
y así, lentamente, llegó
hasta el mismísimo infierno.
Agarró la azucarera,
y de un puñado,
espolboreó mi cuerpo
de arriba abajo.

Mientras tanto, yo, a duras penas,
fui embadurnando sus pechos
y conseguí en mi último suspiro,
colocar sobre su ombligo...
¡el último fruto de arándano!

 ...Y allí
nos quedamos desayunando,
sentados en el suelo,
comiendo con los dedos los restos
que quedaron del desaguisado,
disfrutando como dos niños pequeños.

¡Maldito sea este amor obsesionado
que por ELLA siento!
¡Maldito tormento que
encuentro en sus besos! 
¡Maldito cuerpo y maldito
este deseo que me tiene preso!


Colección Almas nostálgicas

jueves, 15 de diciembre de 2011

LA LLUVIA III

La noche seguía enojada,
mientras ELLA me abrazaba.
Los truenos golpeaban la estancia,
y a lo lejos, casi en el infinito,
los rayos electrizaban un cielo negro.

Con los ojos cerrados,
su boca cerró mi boca,
¡no hacían faltas palabras!
El beso duró ¡el tiempo que hizo falta!

Abrió de nuevo los ojos,
esos ojos negros,
como su seductora alma.
¡Me miró con celo,
me miró con rabia!

Saltó sobre mi desangelado cuerpo,
me agarró de las manos
y las ató al cabezal de la cama.
Dejó caer su cabellera negra
y rizada sobre mi cara,
mientras dibujaba en su rostro
una  lujuriosa carcajada.

Bajó los labios, hasta morder mi lengua.
Lamió mis mejillas, como si fueran de caramelo.
Arrastró su pelo negro, sobre mi cuerpo.
Surcó mi piel con sus uñas largas,
hasta clavarlas en mis nalgas
y siguió lamiendo cada uno de mis poros,
hasta que el tiempo se desvaneció en el cielo.

Benditas formas casi inhumanas.
Benditas caricias, eternamente deseadas.
Bendito tesoro, el que hallo en su aposento.
Bendito sea este beso, que me mata de deseo.
¡Bendita noche, de rayos y truenos!

La calle seguía mojada,
pero en los cristales ya no golpeaban
las frías gotas de lluvia de invierno.
Mientras tanto, el pueblo despertaba,
perezoso, a la luz del nuevo día.

Llegó el alba y nos pilló jugando,
jugando, entre sábanas y almohadas.
Llegó el alba, con luces de esmeralda.
Llegó el alba, iluminando su hermosa cara.

ELLA, se levantó de la cama,
altiva  y solemne,
Se puso su ropa interior,
de puntilla y encajes.
Se abrochó la blusa
y se enfundó la falda.

Tras una noche de tormenta,
de amor y sexo intenso,
ELLA, volvió a recuperar
su porte y toda su arrogancia.



Colección Almas nostálgicas

martes, 13 de diciembre de 2011

LA LLUVIA II

Levante mi maleta, ligera de equipaje
y volví sobre mis pasos tras ELLA.
Abrí mi paraguas y sin medir palabra
anduve bajo la lluvia.

La puerta estaba entreabierta.
Entre mojado, sin hacer ruido,
entre asustado, con mi cara pálida
y mis ojos azules llenos de lagrimas.

Oí sus sollozos, allí tumbada sobre la cama.
Entre sigiloso, como un felino.
La luz estaba apagada,
solo los relámpagos, de vez en cuando,
iluminaban la estancia.

Contemple sus ojos, sus lágrimas.
Me tumbe a su lado, como si nada.
Alise con mi mano su pelo mojado.
Seque con mis labios, sus mejillas
sus labios… sus lagrimas.

Le desabroche la blusa empapada,
le quite la falda mojada,
La abrace con toda mi alma,
sin medir palabra.
Cubrí su espalda con la sabana,
la despoje de su ropa interior,
de puntilla y encajes.

Seque con mis labios su espalda.
Dibuje un paisaje, con nubes y aves.
Dibuje un mar, un mar azul en calma.
Dibuje un barco velero, un sol radiante.
Dibuje sobre sus nalgas dos montañas,
dos montanas verdes y grades.

Sus suspiros, callaron los llantos,
sus labios me buscaron con descaro.
Me agarró de las manos
y miro fijamente a mis ojos brillantes.

Seguí pintando, en tal calido manto.
Bese su cuello, dibujando una cascada
de agua, de espuma blanca.

Trace las formas de dos hermosos cantaros.
Y me deje llevar río abajo,
sobre tan claras aguas,
hasta llegar a su playa, de arena dorada.

Un susurro entrecortado
intento decir…te amo.
Volvió un llanto a inundar el espacio.
Volvió a cogerme de nuevo la mano
y la puso sobre su pecho, ahora sereno.

Me tumbe a su lado, como si nada.
Contemple sus ojos, sus lágrimas.
Alise con mi mano su pelo mojado,
seque con mis labios, sus mejillas
sus labios… sus lagrimas.

Colección Almas nostálgicas

sábado, 10 de diciembre de 2011

LA LLUVIA I

Ella camina, altiva y solemne,
camina lenta, bajo la lluvia.
Por unos instantes,
perdió la arrogancia
de su porte elegante.

Al otro lado de la calle,
yo miraba en silencio cómo,
en el fondo de su mirada,
se adivinaba un velo de rabia.

Fría y hostil
la lluvia le empapaba.
Febriles sueños rotos
le acosaban sin desmayo.

Entre las montañas nubladas,
se anunciaba una noche
larga de calles mojadas;
razón por lo que la gente
corría a resguardo
al calor de sus hogares.

De repente, ella se para,
sin medir palabra y
con la mirada clavada.
Toda mojada, desde el pelo,
la blusa y la falda.

Ella, que siempre fue orgullosa,
en mitad de la calle,
se quitó los zapatos rojos, 
de tacón alto, y de golpe, 
dió la media vuelta
con sollozos dolorosos.

Me miró a los ojos,
y yo bajé la guardia,
para no enfrentarme 
a sus lágrimas.

Ella camina de vuelta 
a casa, altiva y solemne.
Camina lenta, bajo la lluvia.
Por unos minutos, 
perdió la arrogancia
de su porte elegante.


Colección Almas nostálgicas

viernes, 9 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD, QUERIDOS MUERTOS MIOS

Feliz Navidad, queridos muertos míos:

Que no os falte de nada,
hoy que nos hemos vuelto a reunir.
Levantemos la copa de cava
y brindemos por los que todavía estamos vivos.

Flotáis en las sombras de mis recuerdos
y formáis parte viva de mi pasado  
y creo que nunca me dejareis en paz.
Cierro los ojos y os puedo ver
dentro la caja encantada de frío sueño.

Y os digo a vosotros queridos muertos,
que tampoco en la vida todo es verdad
y ahora que os tengo a todos a mi lado,
os confieso que sois el reverso del espejo
y que lo de estar muerto, no ha sido nunca,
algo demasiado original.

Feliz Navidad, queridos muertos míos.

Comer y beber, que la noche esta a punto de terminar
y pronto repicaran las campanas con sabor a muerto.
Pero que sepaís, que nunca estaréis muertos del todo
mientras que en días como hoy, alguien os convide a cenar.

Buenas noches, queridos muertos.

Ya tenéis de volver al oscuro agujero del olvido.
¡Feliz Navidad y hasta la próxima vez
que vuelva a invitaros a mi mesa! 


Colección Almas nostálgicas

NAVIDAD SI, PERO PARA TODOS IGUAL

Todos nos reímos al llegar las fiestas de Navidad.
En todo el mundo, los niños de todos los colores
quieren ver nacer al niño Jesús.

En algunos lugares le hacen un pesebre
o un árbol de luces y colores.
Y en otros, lo único que pretenden
es tener paz, amor y un plato de comida…

¡Que extraña paz nos hacen sentir!
Sentemos a un pobre en nuestra mesa.
Es tiempo de querer y de darnos la mano.
Hoy es Navidad, mañana, Dios dirá.

¿Sabéis?,
Hay gente que pasa frío y hambre.
Hay guerras alrededor del mundo,
niños huérfanos de padres y madres
 y otros niños, están huérfanos de amor…
y miles y miles no la pueden ni celebrar.

Dar la mano a uno de estos niños
que no tienen que comer
y con la otra, darles un trozo de pan.
¡Y sentaros a su lado a temblar!

“Buena Navidad a los hombres de buena voluntad”

Y deseemos un mundo mejor para todos
y así, de esta manera, todos juntos
podremos sonreír a la Navidad.

                    ¡Pero no nos olvidemos, de hacer un mundo más justo!

Colección Almas nostálgicas

QUE NUNCA NADA TE SEA INDIFERENTE

Hoy, nada me distrae, ni me es extraño.
La mañana, ha aparecido monótona,
el medio día igual  y la tarde ha llegado
sin ninguna alegría que me hiciera sentir
cualquier cosa anormal.

No, no noto a mi alrededor ningún misterio 
que inspire mis pensamientos;
la noche va cayendo, el faro se ilumina,
mientras el horizonte va desapareciendo.

El viento hace mover las ramas de los rosales.
El chillido de un niño me espanta
y el estridente ruido de una moto me exalta.

Lo dicho, hoy no habido nada
que me haya hecho sentir
diferente al resto del mundo.

Seguramente, ahora en cualquier lugar,
dos enamorados se están mirado embobados.
Los dedos de un escultor estan 
dando vida a una nueva escultura.
Un pintor da las ultimas pinceladas 
o un preso pide perdón desde su celda…

Y a todo esto, desde mi balcón, ya a oscurecido,
tan solo las luces de las farolas
me hacen recordar que este viejo día
ya esta a punto de llegar a su final.

Un pensamiento me llega a última hora.

Todo pasa a nuestro alrededor,
a veces tan lejos, ¡pero siempre tan cerca!
y te paras a pensar, ¿que es lo ha sucededido?
y mientras crees que no ha pasa nada,
todo aquello que te absorbe te transforma.

                ¡PERO NUNCA, NADA TE ES INDIFERENTE!

 Colección Almas nostálgicas

jueves, 8 de diciembre de 2011

SE ME VA EL ALMA DE TANTO AMARTE

Se me va el alma,
cada vez que pierdo la calma.
El corazón se me rasga
hasta que sangra
y se me disparan los latidos
hasta perder la razón.

¡Esto no es vida, amada mía!

No sé si es la distancia
lo que me mata
o estos celos ciegos
que me vuelven loco.

Mi mente ya no puede
con tanta duda y se derrumba.
Suerte que mi corazón
es más fuerte, o simplemente
está más enamorado.

Ahora dime tú amor mío,
cuál de los dos mato primero:
¿a la mente, por hacerme vivir
en duda permanente, o a este 
pobre corazón enamorado,
por amarte tanto?


Colección Almas nostálgicas

lunes, 5 de diciembre de 2011

EL BREVE SILENCIO DE UN BESO


Quisiera decirte, amada,
que me muero en silencio
cada vez que tus labios me rozan
y se convierten en beso.

Dulzura de miel, de azúcar.               
Reconduce mi alma, uno solo de ellos.
Róbame el deseo, quítame el anhelo,
pero no ahorres un solo beso,
¡que ahogas mi aliento!

Cómo callar cómo me siento
si es un secreto a voces,
que si no tengo tus labios,
mi corazón no tiene alimento,
porque le falta el oxígeno
que hace que se sienta enérgico.

Confieso en el silencio del beso,
que me produce excitantes deseos.
Lamerte la piel, por fuera y por dentro.
Amarte, amarte como un poseso.
Abrazarte en silencio, abrazarte a fuego lento.
Besarte, besarte en un beso eterno.

Ves cómo el silencio a veces es bueno
y es mejor que hablen los besos,
porque a mí, me da miedo...
¡hasta cuando el roce de tus labios, 
se convierte en beso!


 Colección Almas nostálgicas


sábado, 3 de diciembre de 2011

LÁGRIMAS NOSTÁLGICAS

Los cristales estaban mojados
y las gotas de lluvia
resbalaban llorando.

Más allá,
la noche era oscura y cerrada,
no dejaba ver las estrellas,
mientras que la luna se perdía
por detrás de las penumbras.

La noche era fría y triste.
Ella, tumbada en la cama,
sentía la soledad de su amado.

Un libro entre los dedos,
pretendía distraerla de unos sueños
que no la dejaban tranquila.

La cama se le hacía ¡tan grande!...
La misma cama que tiempo atrás
se les antojaba diminuta.

Su mano jugaba por encima
de unas frías sábanas de seda
y le emocionaba el recuerdo
de unos eróticos juegos,
de cuando tenía sobre su pecho
la mano y el cuerpo de su amado.

La noche era oscura y fría,
los cristales lloraban,
mientras se le mojaban las mejillas
de lágrimas nostálgicas.


Colección Almas nostálgicas

jueves, 1 de diciembre de 2011

CUERPOS BAÑADOS EN ORO

Huyo del salpicar de las olas
al batir contra las rocas,
igual que de los rayos del sol de agosto.

Siempre tatareo la misma melodía
cuando camino sobre la arena,
conocedor del placer que me ofrece la playa.

¡Oh, prodigio de sencillez,
contemplar el cuerpo de bellas doncellas
reposar bajo la brisa del mar!

Miro con disimulo y en la distancia
la perfecta desnudez humana,
mientras llega la música de las olas
al besar la orilla de la playa.

Y si alguien piensa que es un acto absurdo, 
será que no ha visto el espectáculo
de contemplar el breve instante
en que el oro cubre aquellos frágiles cuerpos.
Al atardecer, la arena queda huérfana de sol y ninfas.

Y atravieso de puntillas la playa,
sin pisar ninguna de las caprichosas formas
que han quedado grabadas en la arena.
Pero, no por lo que acabo de contaros,
penséis, amigos, que desatino, porque,
¡es bien cierto que no hay ni macho ni hembra
que no disfrute de contemplar tanta belleza!

Colección Almas nostálgicas

lunes, 28 de noviembre de 2011

¡GRACIAS POR LEERME!



Lejos de todo y de todos,
amigo de la soledad
y la contemplación,
he ido recogiendo poco a poco
este ramillete de poemas.

¡Y no nos engañemos!,
han sido escritos uno a uno
para mi propia satisfacción
y para llenar horas de aburrimiento,
que sin esta adicción
que tengo a la composición
de palabras, puede ser, tal vez,
que hubiera estado durmiendo
o viendo la televisión.

Todos vosotros
y el resto del mundo
habéis ido pasando
por delante de mi ventana.

Hemos podido hablar juntos
de los viejos tiempos,
de amores olvidados,
de sueños de hadas
y de los temores que hemos
ido creando con el tiempo
en nuestras pobres mentes.

Y no olvides, estimada amiga y lectores,
que si algún personaje te es conocido
al girar la hoja, te puedes encontrar
tú misma implicada en alguna trama de tinta y papel.

                              A mi amiga Cristina "PERFUMES DE ROSAS"

viernes, 25 de noviembre de 2011

PETER PAN Y SU DULCE WENDY

 ¿Tú crees de verdad, vida mía,
que nosotros podremos vivir
eternamente en un cuento,
en donde yo soy Peter Pan
y tú mi dulce Wendy?


Sé, vida mía, que un día,
voy a despertar de nuestra fantasía
y será justo en el momento
que aparezca el capitán Garfio,
con espada ristre en mano
para echarme del sueño.


Y tú, mi amada Wendy,
podrás pensar, por un instante,
que querré salir huyendo
del País de Nunca Jamás.


¡Pero esto nunca ocurrirá!
Porque allí, te tengo a mi lado,
porque allí, te tengo enamorada,
porque allí, soy tu héroe
y lucharé a muerte contra el capitán
y todas sus malignas huestes.


Y si un día despierto del sueño,
te juro, querida Wendy,
que volveré a cerrar los ojos
para volver a meterme en el cuento.


Y llamaré a Campanilla
para que me lleve volando
de nuevo a tu lado, dulce Wendy.




Colección Almas nostálgicas

martes, 22 de noviembre de 2011

DONDE LAS LETRAS NO LLEGAN

Tú querías, amor, que yo te escribiera un poema,
pero yo nunca antes me atreví a escribirlo.

¿Y era esta la razón de que tú a mí no me quisieras?

¿Y si yo no puedo escribir lo que
no se puede escribir con letras?

Porque las lágrimas que derramo por ti,
amor mío, son más auténticas que un libro.
Y el estar a tu lado, oliendo tu aroma,
comiéndote la boca, no se puede escribir en verso.

Pero si te empeñas,
y quieres leer lo que pienso,
no me quedara más remedio
que escribir un texto.

Te diré, vida mía, que estar a tu lado
es vivir en el jardín del edén.
Sí, amor, es vivir en un lugar mágico,
donde solo existe en los sueños
de unos pocos privilegiados.

¡Fíjate, cariño, lo sencillo que es escribir
lo que por ti siento, cuando estoy a tu lado!

Que tus ojos son el mar, que tus labios,
una fresa recorriendo mi cuerpo,
que las semillas que dejas en mi vello,
se vuelven espinas que se esparcen por mi cuerpo.

Y así es, cariño, como me doy cuenta
que de ti estoy enamorado, pensando
que por ti estoy loco, loco de atar.
Loco de echar a volar, a volar desde mi ventana,
desde donde voy a parar a tus brazos anidar.
Pero cuando vuelo de regreso...¡siempre me pierdo!

Tú, amor, querías que te escribiera un poema,
y ahí queda escrito lo que ha quedado escrito.
Pero no creas que quedé contento,
porque no hay ni Dios, ni letra,
que explique todo lo que me quedó adentro.


 

Colección Almas nostálgicas

domingo, 20 de noviembre de 2011

INJUSTO PREMIO VIVIR EN EL LIMBO DEL AMOR

¿Cuántas veces tendré que nacer
para dar otra vez contigo?
¿Cuántas vidas viviré y moriré
sin que seas mía?

Y así, una y mil veces me iré 
alejando y acercando
del ser por el que voy
a vivir y a morir eternamente.

Lejos, muy lejos,
quedaron los días de poesía,
las noches espesas de besos,
las madrugadas encantadas.

Hoy, las lágrimas se van al río,
un río que va al mar,
a un mar lleno sonrisas,
de caricias y de besos.

En mi alma, vive la soledad,
la misma soledad con que tendrá
que vivir eternamente tu corazón.

Injusto mundo el de los enamorados,
vagando por el limbo del amor,
sin poderse coger de las manos.

Injusto premio nos depara el destino.
¡Arrastrar las cadenas del amor
en busca del amor perdido!


Colección Almas nostálgicas

miércoles, 16 de noviembre de 2011

AMOR AMARGO

Te quiero en silencio,
aunque me muera de deseo.
En cada encuentro,
te llevas mis ansias
y cuando me dejas solo,
me vuelvo loco.

Pero si te acercas,
tampoco estoy más cuerdo.
Cuando me miras, me sonrojo
y aparto la mirada,
para no morirme en tus ojos.

Soy un pobre tonto,
que te amo en silencio,
que llevo tu nombre
grabado en fuego.

Amor amargo,
amor secreto.
A veces, te añoro,
a veces, te odio,
pero siempre te amo.

En la distancia, te adoro
y te pienso en reposo,
y al tenerte cerca, me embriagas
y hasta los besos más tiernos,
los convierto en pecado.


Colección Almas nostálgicas

lunes, 14 de noviembre de 2011

AMOR DE 24 KILATES

Si el amor no pasa,
si el amor es eterno,
si muero queriéndote,
será que cada día
existe un mundo nuevo
cada vez que te veo.

Que lo que siento,
que va más allá
del bien y del mal,
es amor del bueno.

Oro puro… de 24 kilates.
¡Grande como la luna,
amarillo como el sol,
frágil como la lluvia
y eterno como el hielo!

¡Cómo será el amor
que por ti siento,
que viajé a los infiernos
para quemarme
en el fuego de los deseos!

¡Cómo será de fuerte,
que hasta los ángeles
se mueren de celos!

Colección Almas nostálgicas

viernes, 11 de noviembre de 2011

MENTIRA, TODO FUE UNA MENTIRA

Si lo que quieres es terminar,
nada te puedo reprochar.
Sabíamos que no teníamos futuro.
Sé que tú también llorarás y
que te dolerá tu traición final.

¡Calla, ya está bien de gimotear!
¡Para, ya! ¡No me atormentes más
y déjame de acariciar!

A mí, que tanto te he querido.
A mí, que tantas veces te he adorado.
Pero, no te preocupes, porque
sabía que tarde o temprano, me
quedaría solo y cubierto de lágrimas.

Seguiré creyendo durante un tiempo
que tú también me querías.
Seguiré pensando que lo nuestro
fue un amor verdadero.

Pero ahora, ¡cállate!,
porque hoy parece ser que
todo fue una puta mentira.
¡Calla y date la vuelta!

¡Mentira. Todo fue una puta mentira!



Colección Almas nostálgicas


martes, 8 de noviembre de 2011

EL DOLOR DE UN RECUERDO

Hoy he oído hablar de ti y
desde lo más hondo de mi ser,
me ha dolido el recuerdo.

No importó lo que decían, pero
sin querer, despertó una herida
que la creía dormida.

Los dedos me tiemblan
y me cuesta escribir, porque
se apilan los pensamientos de un tiempo,
en que creí morir de amor.

Estoy hablando contigo,
sin poderlo evitar, y
golpeas severamente
mi cerebro sin remedio.
Hablo sin parar y tú
me sonríes descarada,
porque has vuelto a huir
de la cárcel donde te tenía olvidada.

Poco a poco,
vas cogiendo forma humana:
ojos oscuros, pelo negro,
piel de seda, manos de ángel,
labios…¡no, no sigas y vuelve
al lugar donde te tenía olvidada!

¡No quiero saber nada de ti,
ni tan solo recordar tu mirada,
ni tus gestos… ni tus besos!

Hoy he vuelto a oír hablar de ti
y algo que tenía cerrado bajo llave
ha huído para volverme atrapar.

Ahora mismo, sin más tiempo que perder,
tendré de nuevo, que empezar a olvidar.


Colección Almas nostálgicas

viernes, 4 de noviembre de 2011

DEBAJO DE LAS SÁBANAS

Nos levantaremos de la cama
cuando nos duelan los huesos,
o cuando apriete el hambre,
o cuando nos salga de las narices.

Lo que sí te puedo prometer,
es que no lo hará
el maldito sonido del teléfono,
ni el timbre de la puerta,
ni mucho menos, ¡tu madre!

Haremos debajo de las sábanas,
lo que nos venga en gana;
nos pelearemos, gritaremos,
nos haremos cosquillas,
nos besaremos, haremos el amor
y reiremos como dos adolecentes.

Se ajuntarán los días con las noches
y nadie sabrá nunca dónde estaremos.

Al cruzar los cometas por el cielo,
nos desearán suerte.
La luna dará la vuelta al mundo sin
interrumpir nuestros juegos.
Y el sol cada mañana entrará
por la ventana, para besarnos la cara.

Los besos que nos daremos
serán tan largos, que se perderán
en la esfera del despertador destrozado.
Y las yemas de los dedos,
de tantas caricias, se volverán
suaves como la seda.

El viento de levante
nos refrescará la habitación
y las sábanas se volverán a enfriar.
Entonces nos agarraremos de nuevo
de pies y manos, hasta sentir
el sudor resbalar sobre la piel.

¡Ay, amor!,
el repicar de las campanas
llegará hasta morir en
la alfombra de la puerta.
Y las horas pasarán de largo,
camino del cementerio.

¡Amor, mío!,
podrá ser tal vez un día
o tal vez, toda la vida.
¡No importa!

Cerraremos las rejas y
pasarán por delante de casa
hombres y mujeres,
caballos y carretas,
truenos y rayos.
Y el agua de la lluvia
nos llenará la cisterna.

Pero todo esto, a nosotros
no nos importará.
Morderemos las puntillas de las sábanas,
nos agarraremos con pasión a los cojines
y alguna lágrima, nos llenará de ansias.

Diremos todo aquello
que inventemos,
todo aquello,
que antes callamos.

¡Amor, mío!,
podrá ser tal vez un día
o tal vez, toda la vida.
¡No importa!

Pero te puedo asegurar,
que cuando abramos la puerta,
seremos dos personas libres.

Colección Almas nostálgicas

TÚ ERES MI PLANETA

¿Qué sería de un mundo sin el sol,
sin la luna, sin las flores, sin el mar,
sin las estrellas, sin los besos?

¿Qué pasaría si no existiera la luz,
la oscuridad, la lluvia, la montaña,
la nieve, la hierba, los bosques?

¿Qué haría sin el río, la playa
la cascada, el barranco, el valle,
el torrente, la orilla, el crepúsculo?

¿Cómo viviría sin la amistad,
el cariño, la mirada, el deseo
la palabra, el tacto, el sabor?

¿Cómo sobreviviría sin tu gesto,
tu caricia, tu brisa, tu boca,
tu cuerpo... tu amor?

¿Cómo sería mi planeta sin ti,
universo de mi vida?

Colección Almas nostálgicas

lunes, 31 de octubre de 2011

ESENCIA DE ROSA

Bajo de puntillas de mi sueño
y repaso en mi subconsciente
en qué parte de la cama ella reposa.

Despierto al mundo,
con un ojo medio abierto…
Y no la veo en ningún lado.

Encima del canterano,
sigue el candelabro, el espejo,
el cepillo de pelo, el peine
y el tapete de ganchillo de la abuela.

Suenan todavía entre las blancas
paredes dulces palabras
y las sábanas todavía conservan
su calor y su embriagador olor.

¡Pero ella no está!

Entran por la ventana
los primeros rayos de sol
que iluminan las sombras,
en donde por la noche,
nos perdimos cabalgando
a lomo de caballos de fuego.

Juraría que todo fue cierto,
que no ha sido un sueño,
que todavía siento sus uñas
clavadas en mis pechos.

La duda me atormenta…
¿Será la imaginación que me traiciona?
¿Será mi fantasía que me trastorna?
¿Será que todo ha sido un bello sueño
y ha sido fruto del deseo
de un pobre loco enamorado?

Salto de la cama enojado,
y nada ha cambiado,
todo sigue igual:
el canterazo, el candelabro,
el espejo, el cepillo de pelo, el peine
y el tapete de ganchillo de la abuela.

Tan solo una canción
rompe el largo silencio.
Una voz de ángel llega
desde el jardín.

-¡Oh!, amada, ¿qué haces en el jardín?
Deja el ramo de rosas, que hace frío
y vuelve conmigo a la cama,
que entre todas las flores,
tú eres la rosa más hermosa.
Vuelve conmigo a la cama,
que cuando tú no estás,
cierro los ojos
y el demonio me engaña.

Colección Almas nostálgicas

viernes, 28 de octubre de 2011

TAMBIÉN PUEDE SER QUE NO SEA EXACTAMENTE ASÍ

¿Qué me dices,
que confundes el placer
con el amor?

¿Qué quieres, que te dé mi opinión?

Bien, amiga, tal vez no puedas
confiar demasiado en mí,
pero si así lo deseas, ahí va eso:

Lo primero que tienes que hacer,
es escuchar tu corazón
y sentir con atención,
que es lo que te susurra al oído.

Si te dice que te quiere,
si te dice que le abraces,
si te dice que le cojas de la mano,
si te dice que le beses,
si te dice que le mires con ojos lánguidos
y si te dice bellas palabras,
no dudes, que todas estas señales son de amor.

Pero si por el contrario,
te pide que le hagas surcos en la piel,
te pide que le empapes de sudor,
te pide que le muerdas,
te pide que estés cerca de su aliento
y te pide que grites de pasión…
No dudes, amiga mía,
¡que esto también es auténtico amor!


Colección Almas nostálgicas

miércoles, 26 de octubre de 2011

NICHO FLORIDO DE CORONAS

¡Qué oscura y larga es la sombra
de un nicho florido de coronas!

El oscuro habitáculo me arrastra
hacia mi futuro eminente, y siento
la pluma helarse entre mis dedos.

El duelo pasa por delante del difunto;
las plañideras lloran desconsoladas
y la gente pasa, cabizbajo, susurrando.

La fila de caras afligidas de amigos
y familia se va perdiendo
por la puerta del cementerio,
dando por terminado el entierro.

Antes de anochecer, las puertas se cierran.
El duelo ha cumplido su propósito…
y el muerto se ha quedado solo.

Que Dios lo tenga en su gloria.
¡Descanse en paz!

Colección Almas nostálgicas

lunes, 24 de octubre de 2011

EPITAFIO ESCRITO ENTRE MI PADRINO Y YO

En aquel montículo habían más de mil,
todos decían que estaban muertos,
¡y bien muertos que estaban!

Sabemos que no somos eternos
y que la vida, como un péndulo,
está a la “guait” y nos avisa en cada
entierro que un nicho nos espera.

Nos duele el dolor de los demás
y nos cuesta darnos cuenta
de nuestro irreversible final.

De verdad os digo que la vida
es un espejo poco original
y al final terminas detrás de
un par de caballos,
camino del cementerio.

Cuando a la vida llegamos,
ya tenemos el billete de vuelta.
Tan solo el deseo de
unos cuantos instantes,
nos endulzan la existencia.

A la hora de ponernos dentro
del ataúd, se secan los labios,
los ojos pierden la luz, y a partir
de este mismo instante, nos alejamos,
del resto de los mortales.

Estás muerto, desde el punto
donde dejaste de respirar.
Ya nunca más dirás, ni que sí, ni que no.
Eres tan solo un cadáver
¡y ahora tienes que huir del olvido!

Allí donde estés,
serás lo que quisiste ser,
hoja y flor de un jardín,
tierra roja, brazo de mar,
viento de poniente o rayo de alba.

En aquel montículo,
a los que hemos dejado,
se vuelven polvo,
pero del oscuro agujero
el alma se aleja y su recuerdo
se mezcla con la naturaleza
y el pensamiento
de los que los queremos.

¿Cómo puede ser,
si mi padrino está muerto,
que hoy este a mi lado
escribiendo su epitafio?

A mi padrino, para que nunca muera en nuestro corazón.

Colección Almas nostálgicas

lunes, 17 de octubre de 2011

LA CASA DE MI AMADA

La campiña estaba verde,
las plantas despertaban
con el calor del día,
mientras las flores esperaban
los primeros rayos de sol,
para abrirse hermosas.

Las amapolas rojas
contrastaban con el amarillo
de los vinagrillos,
y en medio de aquel paisaje,
sobresalía un algarrobo
grande y viejo.

Por el camino,
los pajaritos piaban contentos
a la llegada de la primavera,
y una manada de palomos,
voloteaban por los alrededores.

Las lagartijas curiosas
sacaban la cabeza entre las rocas,
para ver pasar a un hombre enamorado.

Las paredes del camino
dirigían mis pasos hacia
la casa de mi amada.

De lejos, parecía un castillo,
sacado de un cuento de hadas.
Salía de dentro la naturaleza,
rodeada de naranjos,
de algún limonero y también
de una espesa higuera
de higos chumbos.

Y a todo esto, en el fondo,
una montaña de pinos verdes
que la protege de los malos vientos.

Colección Almas nostálgica

miércoles, 12 de octubre de 2011

MI PENÉLOPE

La bruma de la aurora
aún no se había levantado,
cuando la silueta de una chica,
apareció sobre una roca.

El mar, todavía dormía
en la bonanza de la noche.
Y en el horizonte, el azul del alba,
chocaba con el verde del mar.

Las gaviotas revoloteaban
en incansables bailes en el cielo.
Algunas se dejaban caer en picado
para comer algún pescado.

A la chica, el viento de poniente
le aireaba dulcemente el pelo.
Descalza, con las manos cruzadas
en la espalda, y entre los dedos,
llevaba una pamela de paja
con un lazo rosado.

Vestía un fino vestido de gasa blanco,
que con la brisa marcaba
las formas de un bello cuerpo.

A todo esto, ella seguía impasible
contemplando el horizonte,
esperando la llegada de algún vapor
¡que le devolviera su gran amor!

Colección Almas nostálgicas

LUNA NEGRA

               LUNA NEGRA Soy yo el que quisiera librarme de ti y el que quisiera olvidarte sin perder la vida en el intento, que ando algo ...