LA CENA CON CENICIENTA Y LA VELOCIDAD DEL RAYO.
Lo recuerdo todo perfectamente: busque una noche de luna llena, encendí velas, prepare la mesa con cubiertos de plata y puse copas de cristal. Un ramo de hermosas rosas presidía la velada.
Con este romántico montaje y con las estrellas de testigo, pasaron las horas a la velocidad del rayo. Nuestros labios empezaron a estar hambrientos de caricias y sexo. De repente, se fue la luna al carajo, desaparecieron las lucecitas del cielo y salieron los primeros destellos de sol.
Cenicienta salió corriendo como alma que lleva el diablo. Así fue como aquella noche me quedé descompuesto y sin «Cenicienta»
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.