jueves, 7 de octubre de 2010

MI HIJO CUMPLE AÑOS

Por la mañana se ha levantado temprano,
esperando con ilusión
celebrar el día de su cumpleaños.

Cuenta las horas nervioso,
esperando que se acerque
el momento de celebrarlo.

Están preparadas las bolsas de ricos caramelos,
los bocadillos listos para ser engullidos,
los refrescos guardados
y el pastel en la nevera.

El salón engalanado con globos de colores y banderas,
le dan a la vivienda un aire de fiesta.
Todo está arreglado para que lleguen los invitados.

Poco a poco van llegando los primeros niños,
cargados de cajas envueltas de papeles dorados.
Al momento se arma un gran alboroto,
gritos de alegría, carcajadas y algún llanto.

El ruido es cada vez más tortuoso,
los mayores salen con sigilo a la terraza
para no interferir en la diversión de los menores.

Unos juegan solos, otros de dos en dos
y la mayoría en grupo van aniquilando
las paredes y el mobiliario.

Corren y saltan por todas las habitaciones,
pero ¡no pasa nada!, porque los vecinos,
también han subido.

La coca-cola se ha terminado,
la naranjada y limonada
llevan el mismo camino.
Los bocadillos van desapareciendo
de dentro de los platos,
y de los aperitivos...
¡ya no queda ni rastro!

Alguien pregunta por el pastel,
¡de aquí no se marcha nadie
si antes no ha probado
el dulce de chocolate!

Con las luces apagadas,
hace su presencia la estrella de la fiesta,
adornada con velitas encendidas.
Con emoción cuentan hasta tres,
y con grandes soplidos
son apagadas todas las velas a la vez.
Y todos juntos cantan una bonita canción.

Con tristeza, la hora del adiós ha llegado,
entre gritos, sonrisas y besos se han marchado.
Los juguetes cubren el suelo
y las habitacioes están "patas arriba".

¡Nada me importa porque hoy mi hijo
ha celebrado su octavo cumpleaños!

 Colección, Hundido en mi sofá.

EL VUELO

La escalerilla a ras de pista
traga uno a uno a cada pasajero,
que pacientemente espera aposentar
en el asiento su trasero.

Una simpática azafata con sonrisa ensayada,
da la bienvenida a bordo del aparato.
Con voz tranquila anuncia por los altavoces
que en breves momentos emprenderemos el vuelo
y nos saluda en nombre del capitán
y del resto de la tripulación.

Aceleran los motores a través de la pista,
para coger carrerilla y alzarse en el aire,
con cientos de personas engullidas.

Preocupantes movimientos,
golpes laterales, vientos sospechosos
hacen zarandear al enorme pájaro de hierro,
que temerosamente, surca el cielo,
con inocentes personas, ajenas a su suerte.

Improvisadas modelos, con gestos y posturas,
enseñan a ponerse el chaleco salvavidas,
¡por si lo necesitas!

Surcando el espacio, cruza mares de algodón,
y a miles de metros de la tierra,
el corazón como un juguete se estremece.

Con el cinturón bien apretado,
el desfile ha comenzado:
-¿un caramelo?, ¿un periódico?

Una viene de frente,
a la otra le miras el pandero,
todo distrae al sufrido pasajero.

A la hora señalada,
se anuncia la llegada,
¡hemos sido unos valientes
al ignorar un peligro tan eminente!

  Colección, Hundido en mi sofá.

A SAN JOSÉ CARPINTERO

Dicen que en el cielo están preocupados
porque San José está "cabreado",
porque desde la tierra alguien ha inventado
en un día tan señalado, el de su santo,
una conmemoración que no viene a cuento,
y sin consultarle, la celebración del día del padre,
a su nombre se la han "endosado".

Como en este mundo el que no corre vuela,
sin saber ni cómo, con descaro
nos han implantado,
en atención al sufrido consumidor,
otra forma de hacer acaudalado
un poco más adinerado.

Ya no consigue el honrado trabajador
hacer suficiente dinero para tantos regalos.
¿No tenemos bastantes fiestas con los cumpleaños,
bodas, bautizos, santos, Navidades y Reyes
para que la sociedad de consumo
nos deje sin un puñetero duro?

No comprendo tantos falsos obsequios,
que al fin y al cabo
siempre salen del mismo bolsillo;
una apestosa colonia,
una corbata horrorosa,
un maldito portarretatos...,
objetos que almacenamos
en algún cajón olvidado.

Como el padre no es rencoroso,
orgulloso invita a toda la familia
a una gran comida.
En la carta, el precio del mero
está que se sale,
el del cordero ni se sabe,
el vino de Rioja se ha puesto por los aires...
y del champagne..., mejor que ni se hable.

A la hora de pagar, "desenfunda"
de su cartera la tarjeta visa.
¡Vaya cara de le ha puesto a papá
a la hora de pagar!

¿Quién demonios pensó que los padres
queríamos un día dedicado,
es que no es suficiente vulnerable
nuestra descendencia a los escaparates?

San José desde lo alto está enojado,
porque dicen en el cielo
que todos somos iguales,
ricos y pobres,
y que no conseguiremos con un regalo,
lo que no hagamos con amor durante todo el año.


 Colección, Hundido en mi sofá.

AMOR DE TÍTERE

AMOR DE TÍTERE. Aquí me tienes de nuevo, querida, escuchándote como un títere, tal como a ti te gusta. Hablando con gran pena desde la dista...