domingo, 22 de noviembre de 2020

PROMETO IR A VER A MI MADRE MÁS A MENUDO.

Hoy voy ha escribir sobre mi madre. Se llama Rosa, tiene noventa años y vive en su casa con una hacendosa filipina que la cuida con cariño de día y de noche. Mi madre, no está para muchos trotes, pero gracias a Dios, todavía está bastante bien, aunque peor de lo que ella y yo quisiéramos. 

Va tirando a su manera, sale de compras, va al medico y su afición favorita es mandar WhatsApp y como le des el número de tu móvil te puedes arrepentir. Conserva el apetito, la memoria y el carácter. Aunque en los últimos años haya perdido un poco otras funciones como la movilidad o el habla. 

Cuento esto, porque cuando empezó la pandemia y comenzaron ha dar datos de los muertos y los contagios, pensé que nos quedaba abuela para cuatro días. Todo indicaba que este virus había llegado para llevarse a los más ancianos del planeta. Pues no, mira por donde mi madre, la abuela de mis hijos y la bisabuela de mis nietos, sigue como una rosa disfrutando del día a día y de toda la familia. La compañía de sus nietos y bisnietos le cambian el semblante y le hace muy feliz. Juega con ellos y de tanto en cuanto, algún día, les da 5 euritos para que se compren alguna chuche. 

A Rosa no le importa el COVID-19, a mi madre lo que le importa es nuestro cariño y nuestra presencia. Porque en el fondo sabe que no solo se la puede llevar el virus, sabe que a su edad, cualquier enfermedad se la llevará al cielo, a este cielo, que está segura que su marido la estará esperando con los brazos abiertos. 

Lo digo, porque han muerto muchos ancianos y cuando veo las noticias y dan el parte de bajas y dicen la cantidad de gente mayor que se muere, me entra una pena, penita muy grande. Y es entonces cuando pienso que a mi madre no le dedico el tiempo suficiente y que cualquier día nos puede dejar sin su presencia y esto sería una perdida irreparable.


Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ

QUIEN FUERA POETA PARA INVENTAR MUNDOS NUEVOS.

QUIEN FUERA POETA PARA INVENTAR MUNDOS NUEVOS. Eres en mi claustro cerrado un caudal de inspiración de muchos quilates, que elevas mis letra...