Un amigo mío diría qué la noticia… es qué no hay noticia. Y eso nunca puede ser bueno, porque no es que no haya noticia, lo que sucede es que la noticia no es nueva, sino que llevamos mucho tiempo escribiendo y padeciendo el mismo problema y va perdiendo el interés.
Parece ser que el Covid-19 ya no acojona y nos hemos acostumbrado a convivir con el bichito y mientras no entre en casa no nos importa un bledo. Como si supiéramos por dónde se colará el ladronzuelo.
Los primeros días de pandemia nos escondimos en casa como cobardes cagados de miedo. Salíamos al balcón asustados como pajaritos y cantamos, bailamos y aplaudimos a los sanitarios, médicos, policías o a cualquiera que saliera disfrazado a tirar la basura. Sería porque la noticia nos cogió de sorpresa y no conocíamos cuál era el peligro del enemigo. Además, él coronavirus venía de China y no debía ser nada serio, porque en las tiendas de chinos todos los artículos duran dos telediarios.
Pero ahora, seis meses después, sabemos más que Lepe del virus, vamos, que hemos hecho un Máster en Oxford y nos hemos aprendido todos los protocolos y discutimos con cualquiera sin tener ni zorra idea. Algunos dicen que esto es un fraude, que todo es una mentira inventada por los chinos. Otros juran que los rusos nos engañan y que tienen la vacuna escondida o que los americanos saldrán en nuestra ayuda, con Donald Trump a la cabeza con el 7.º de caballería. Pues no, señores y señoras, no, esto no es una película y de una forma u otra iremos pagando las consecuencias de las imprudencias cometidas.
Volvemos de nuevo a las discusiones y a las manifestaciones políticas sin respeto por la vida. Estoy convencido de que la culpa no es de nadie y es de todos, y quiero creer que nos comportamos como personas civilizadas, pero no importa, porque hagamos lo que hagamos, al final pagarán justos por pecadores.
Que vergüenza que se mueran a diario cientos de personas y no nos den pena. Cuando empezaron a ser noticia los muertos del coronavirus, lloramos a moco partido… ahora pasamos de ellos como del siglo XIII.
En fin, que la noticia de hoy… es qué no hay noticia.
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