¡Amor! Es bueno que tú y yo estemos aquí presentes en noches esteladas, de luna llena, de lunas grandes y amarillas, que casi nunca cruzan por el universo. Porque los humanos no le damos la importancia a lo realmente hermoso de la vida.
Digo, corazón mío, que bajo este manto, me siento invisible, rodeado de tanta belleza, y lo que realmente mantiene el equilibrio a tanta hermosa es tu sola presencia.
Mientras voy desempolvando el guion establecido, aquí me tienes omnipresente cogido a tu mano y mientras tus labios me buscan, te miro a los ojos que nunca dejan de sorprenderme.