sábado, 28 de noviembre de 2015

LA CENA

Supongo que no debo hacerme la ilusión
de que vengas a cenar esta noche.
He comprado una docena de velas,
seis ramos de flores, y también he pensado
en poner música de Mozart.

Ya sé que te he avisado tarde
y que con lo bonita que tu eres,
tendrás compromisos más importantes.
Pero por un instante he creído
que te haría ilusión compartir
tertulia con un poeta chiflado.

Ya ves, querida, que tontería,
he pensado que con los pretendientes
que tienes, a mi me elegirías.
¡Que pedantería por mi parte!

 De todas formas, amada mía,
 pondré el mantel de mi bisabuela
y la cristalería de Bohemia, 
y por si acaso tú vinieras
dejaré caer sobre la mesa,
unos cuantos pétalos de rosas blancas.

Sí. Intuyo que al final cenaré sólo,
que he actuado como un tonto.
Pero así y todo,
serviré de primero: entremeses
y mientras comemos,
te adularé con palabras tiernas.

Sacaré del horno la paletilla de cordero,
que estará para chuparse los dedos,
y antes de brindar con vino tinto,
te contaré una historia 
de dos amores,
que murieron sin haberse conocido.

Cuando lleguemos a los postres,
allá por la medianoche,
te dejaré boquiabierta,
porqué he elaborado un pastel
 de brazo de gitano de nata y chocolate,
 con dos corazones entrecruzados
 hechos con fresas salvajes.

Ya ves, todos estos manjares
los he cocinado yo con cariño y esmero,
aun sabiendo que corría el peligro
de quedarme solo,
como así finalmente ha ocurrido.
Pero no te preocupes por mi,
que noches como estas
hacen que te quiera más todavía.

¡Porque he conseguido quererte...
sin que tú ni tan siquiera
 te hayas dado cuenta!


Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 21 de noviembre de 2015

TU NOMBRE Y EL MIO

Que desasosiego, que desencanto,
que soledad desdichada la mía,
que si no estoy contigo,
nada en el mundo tiene sentido.

Cuando me sé lejos, lejos de ti digo...
me siento lejos de mi mismo,
camino perdido como un niño
y necesito tu cariño, tu cobijo.
Tus pensamientos me liberan
y me devuelven al presente,
pero sin tu aliento,
yo no tengo futuro.

Porque eres tú, y lo sabes,
la que hace que mi corazón palpite.
Y eres sólo tú, por la que dejo
pasar mi desaguisada existencia.
Porque un día, un día cualquiera,
mi amor dará un giro, y tú, infinita,
lamerás mis heridas. 

Y así, sin más, llegará un día
en que pondré nombres
a las cosas universales;
A los ríos y a los mares,
a las montañas y a las ciudades.
Nombres y más nombres de gente
 que ahora tengo en el olvido.

Escribiré mi propio nombre,
que ahora está en el limbo,
y como no, buscaré para ti
el nombre de mujer más bonito
que jamás poeta haya escrito...

Resultado de imagen de amores perdidos

Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 14 de noviembre de 2015

CORONA DE HOJALATA

¡Ay, amor, te he dado
cada gota de mi sangre,
y tú, reina de la nada,
luces orgullosa tus encantos,
entre piedras de bisutería
y corona de hojalata!

Ya no tengo nada que ofrecerte,
y así desfallece, día a día, el amor
de quien te dió la mano.
Tú, a cambio, ahora que ya no me quieres, 
me ofreces la otra mejilla;
la ruín, la egoista, la altiva...

Pero, cuando otro día,
vuelvas a porrear mi puerta,
me encontrarás tumbado
en mi choza de olvido,
entre notas rotas escritas
por este desdichado poeta.

Si un día volvieras, no dudaría
en darte cobijo a la vera de mi hoguera 
y te contaría historias de amor, 
que, como la nuestra, 
murieron por tener una alma enfermiza.


Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

MALDITO VINO

Abandoné el delirio a un lado,
incrédulo e incauto sin saber el motivo,
me senté al borde de la cama.

Miré, sin ver.
Olí no sé qué,
y no oí nada.

¿Què hacia allí?
¿Quièn me arrastró
  hasta aquí?

¡No recuerdo, no sé!

Maldito vino, maldita borrachera,
maldita memoria, sé que amé,
pero no recuerdo a quién.

Vagamente me viene presente
un cuerpo de terciopelo, 
unos pechos prietos, unos ojos inmensos, 
unas manos inquietas y unos etéreos besos.

Maldito vino, maldita amnesia,
que no atino a recordar
a tan bella dama abrazar mis deseos.
Sólo queda la tristeza de una noche olvidada
 en la que me amaron con desenfreno.

Maldito vino, maldito resaca,
que intuyo por las sabanas
 y por el perfume barato,
que fue una noche salvaje.

La busco con la mirada abstraída
y con el corazón en vilo,
miro a diestro y siniestro.
No se oyen ni voces ni lamentos.

¡Maldito vino, maldito trago,
que no calma la sed de mi cuerpo!


    
 Colección A quién no le guste la poesía,
   que arranque la primera letra.

AMOR DE TÍTERE

AMOR DE TÍTERE. Aquí me tienes de nuevo querida, escuchándote como un títere, tal como a ti te gusta. Hablando con gran pena de la distancia...