Estos días el aburrimiento pueden conmigo y por lo que leo, también le afecta a otros que escriben artículos que antes no eran de interés prioritario para el lector. Pero mira por donde ahora son noticiones, lo que hace tan solo un año pasaban desapercibidos.
Y voy al grano. Leo: "Con el covid el 66% de los españoles exige más a la hora de besar a la pareja". Según unos estudios realizados por el app, Adopta UnTio.
Y viene a decir: que la gente se besa menos, que se tiene miedo al contagio y que a pesar del deseo, se practica el saludo con el codo. Y sigo; ... Y que a pesar de todo, si se sienten las mariposas revolotear en el estómago se olvidan del peligro y besan sin problemas. ¡Ala! A lo loco. Y yo añadiría...¡a tomar pol saco el bicho!
Y sigo leyendo porcentajes de como, cuando y donde. Bla, bla, bla.
Tampoco es que la gente vaya babeando por la calle pidiendo besos. Bueno, algunos sí. También cuenta que en tiempos de pandemia la gente besa más a los que conocen y... que es importante saber su nombre. ¡Hombre, que menos! Y es que cuando sabes como se llama la persona en cuestión contagia menos. Vamos, mucho menos.
Continuo: ... Que la gente echa en falta estos besos que nos dábamos en las mejillas y estos abrazos cariñosos que les dábamos a las amigas y amigos y nos quedábamos pillados como lapas. Algunos.
Sí, al fin y al cabo, los besos son una forma de darnos a conocer y de interpretar las buenas o las malas intenciones de cada uno hacia el prójimo. Porque si lo pensamos bien, hay personas que son muy besuconas, otras ariscas y algunas parece que cobran por beso.
Yo me declaro de los besucones, vamos, que me tienen clasificado como "osito de peluche". Le doy importancia al roce, a la ternura a los besos. Lo digo porque el día que abran la veda, cuando me veáis venir de lejos, huir como alma que lleva el diablo, porque pienso daros todos los besos que os debo...
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
