LOS ÁNGELES NO DEJAN HUELLAS.
La luz de la luna se coló en mi habitación y en el techo apareció el dibujo de la silueta de un ángel. Su cabello, sus pechos, ¡qué locura! Bajó hasta mi cama para besarme, me acarició y sin más, volvió a escurrirse por la ventana.
Fue entonces, cuando rompió la ola contra las rocas, irrumpió el viento entre los árboles. La lluvia inundó mi pueblo, mientras tanto yo lloraba desconsolado la ausencia de mi bello ángel de la guarda.
Siguió gruñendo la tormenta en el cielo y seguí buscando sobre las sabanas alguna pluma, como prueba de su presencia.
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES