Se les ha ido de las manos por mucho que lo quieran disimular. Le quieren quitar hierro al asunto como si los muertos y contagios sean meros dígitos, con la intención de ser benévolos con la información que dan a diario a los ciudadanos. No, si yo lo entiendo, pero tendrían que reconocer que esto se ha convertido en un guirigay y no hay quien se aclare.
Nada que objetar, llevamos tantos meses jodidos que intentan suavizar la situación para no sembrar el pánico. Tienen tanta labia que hemos acabado aceptando el Covid-19 como animal de compañía o como una mera situación analística, con sus picos y sus curvas.
En fin, que mientras no formemos parte de las estadísticas, lo aceptaremos como si el cuento no fuera con nosotros. No nos queda más remedio que convertirnos en nuestro propio ángel de la guardia y ni siquiera así estaremos a salvo. Mucho bla, bla, bla, pero todavía no tienen ni puñetera idea de donde viene el problema. No será que no le pongan interés. Se le supone.
Recomiendo que tengamos paciencia, que tenemos toda un mundo por delante, que el día a día no es demasiado importante si lo comparamos con lo que nos queda por delante. Vivimos rodeados de unos lujos que en otros lugares del mundo ni los sueñan, y no nos debería doler quedarnos en casa esperando tiempos mejores. Seguro que tarde o temprano volveremos a vivir como estábamos acostumbrados antes de la pandemia.
No quieras ser demasiado listo y compórtate como una persona inteligente. No les eches cuenta a estos insensatos que dan la nota exigiendo una absurda libertad que ahora nos han quitado por el bien de la salud pública. Seguro que el día que alguno de estos demagogos caiga contagiado en manos del servicio sanitario, llorará como un niño, lo que ahora defiende como un descerebrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario