viernes, 20 de enero de 2012

LA LLUVIA XIII

El bar de mi barrio es oscuro y austero, 
tiene pocas mesas y una barra larga de madera.
Al otro lado del mostrador, "el Piñeiro",
un tipo simpático que no para de hablar
y su señora "la Doni", una mujer alta y flaca,
que cocina las fritangas como los ángeles.

Cuando hace sol, el local se calienta,
de lo contrario nos agrupamos todos
los parroquianos, alrededor de la chimenea.
En este bar, siempre encuentras con quien beber
y si pagas un par de copas, puedes contar historias
que ni tu mejor amigo quisiera tener que soportar.

La camarera, "la Rosa", treintañera, siempre sonriente...
Algunos dicen que tiene un buen culo, yo me río,
porque sobre culos hay mil gustos... y no opino.
Aquí me paso las noches, en el "Bar de Paco" jugando
al dominó y al tute, y así, entre partida y partida,
entre ronda y ronda, se nos hacen las tantas.

Algunas noches, "el Manitas”, ¡un fenómeno!
se pone a tocar la guitarra y "la Rosa" y "la Doni"
se lanzan a bailar por bulerías y sevillanas.
"Kinoto", un ceramista argentino de voz desgarrada,
canta tangos de Gardel. Y Antoñito "el banquero",
que así le llaman porque según dicen, hace años
atracó un banco, ¡vaya usted a saber si es cierto!
nos deleita con un repertorio de Serrat y Sabina.
¡Ah! y Ana "la Negra", una cubana mulata, entrada en años
y algo borracha, nos alegra con canciones caribeñas.

Y de esta guisa, seguimos bebiendo hasta que "la Doni",
de madrugada, nos hecha a todos a la puta calle.
Si alguna de estas noches de farra, voy algo borracho,
"la Rosa", me acompaña hasta  mi casa, donde
compartimos la botella, los problemas y la cama.

Ya ves, amor, dónde y con quién paso las noches,
con mis nuevos amigos, la farándula de mi barrio,
seres que viven de noche para no sentir el tormento
de olvidar sus desdichas durante el día.

Se ha esfumado la mañana entre la resaca y el olvido.
Un café, un café largo sin azúcar, me espabila.
Llega la tarde tranquila y algún recuerdo borroso
de la noche pasada, me hace esbozar una carcajada.

Sobre la almohada, una nota de "la Rosa” que dice…

-Gracias por acurrucarme entre tus alas.
               
                                        Nos vemos en el bar de Paco.

Finalmente, parece ser que todo funciona.
En suma, amor, un día cualquiera para añadir
a mi existencia, un día más, otro día
de mi mezquina vida, un día entre paréntesis.

Colección Almas nostálgicas

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