sábado, 16 de octubre de 2010

¿QUIÉN TE GUIÓ HASTA MI CASA?

¿Quién te enseñó el camino hasta mi casa?
¿Quién paso a paso te llevó hasta  mi puerta?

Tal vez el pájaro,
tal vez el humo de mi chimenea,
tal vez la rana de mi charca
o el olor de mi rosal.

Lo cierto es que a tu llegada,
mi hogar se vistió de gala;
en mi jardín aparecieron
las flores más hermosas,
aves de exóticos plumajes
y a mi cama le devolviste la esperanza.

Mi Dulcinea, aquel día
cambiaste el agua por vino
y comimos con las manos
el fruto del amor prohibido.

Bendigo la flor,
el pájaro, el humo, la charca
y el camino que enderezó tus pasos
hasta mi humilde morada.

Colección Hablemos de ti

A FUEGO LENTO

Diría que tu juego favorito
es clavarme alfileres en el corazón.
No te cansas de cambiarme
flores por puñales,
y a mi amor, lo conviertes
en moneda de olvido.
Hay dos soles en tu vida, ambos oscuros.
Y dos lunas, ambas perdidas.

Soy tal vez frágil diana para tus devaneos
 y al final de cada juego
vuelvo a casa sin saber
cuál es el papel que desempeño.

Los relojes a tu lado se adelantan y se atrasan,
desordenan mi vida organizada y tranquila,
convirtiendo las noches serenas en pesadilla
y un rebaño de búfalos embravecidos
me acompañan en mi sueño hasta el alba.

Y después de tan largo viaje,
sigo sin comprender a qué estamos jugando.
Si yo soy cristal y tú piedra,
si yo soy antídoto y tú veneno,
y sabiéndolo no hago nada
y me quedo aturrullado,
para que al final me des caza
como a un pajarillo
y me diluyo como azucarillo
en tus brazos en cada acercamiento.

Y no comprendo mi obsesión
por tan desesperante amor,
porque en cualquier momento
cuando vuelvo a tu lado,
irremediablemente muero
y recojo una y otra vez mis excrementos.

¡Escucha, amada, mi súplica!
Te pido desde lo más hondo de mi corazón
que me abandones en la soledad de mi vida,
a ver si algún día logro subsistir
sin tu perversa forma de amar.

Colección Hablemos de ti

CONDENA PERPETUA

¡Ay, señor!

¿Cuánta tensión
puede albergar mi corazón,
esperando el bienaventurado día
en que estemos otra vez
juntos los dos?

¿Cuánto deseo contenido
puede anidar mi cuerpo?

¿Cuánta ilusión engendraré
hasta poder mirarte a los ojos?

¿Cuánto tiempo deberá pasar
para volver a sentirte mía
por unos breves instantes?

¿Cuánta locura cautiva,
daremos rienda suelta
en cada una de nuestras caricias?

¡¿Cuánto amor prisionero
dejaremos libre ese día,
vida mía?!

Colección, Hablemos de ti

FORMO PARTE DEL PAISAJE DEL MAR


Amo el mar y lo necesito para existir.
Soy de un lugar donde el mar
está presente en el paisaje y en la vida,
rodea mi tierra y la convierte en isla.

Ola a ola, va besando la arena
en días de calma chicha
y arremete a las rocas con poderío
los días de tormenta.

Susurra el mar al viento
y llegan sus pensamientos
hasta mi casa.
Hace que salga al balcón
y me obliga a pasear por la playa,
a caminar sobre las aguas.
En días de furiosa rabia,
me hace cerrar las puertas
y ventanas.

Amo el mar porque desde pequeño
me enseñó a jugar con él
y a comprender
sus mil formas de aparecer.

Espejo donde se mira el universo,
espejo de cielos, de soles,
de nubes compañeras de vientos
y como no, espejo de lunas rotas,
de lunas llenas, de lunas románticas,
dueñas de corazones.

El mar forma parte de mi pequeño universo
y soy parte diminuta de su majestuosidad
y no concibo ambos mundos paralelos
porque yo formo parte ineludible del mar.

 Colección, Hablemos de ti

MAL DE AMORES


Llora mi corazón,
desconsolado sobre la almohada,
llora de mal de amores.

No duermo
y no dejo de soñar despierto
que fuimos dos, locos enamorados,
descubriendo nuestros cuerpos
con eróticos juegos,
en los largos días de verano.
Y por las noches sudábamos
 hasta los primeros rayos de luz.

¡Nostalgia de mal de amores!,
de dos cuerpos desnudos
que se levantaban por la noche
a contemplar la luna entrar
en nuestra  habitación,
a besar las sábanas.

Llora mi corazón en cada pesadilla,
Y me pregunto qué haré
sin tus ojos hundidos en los míos,
sin tus uñas arañando mi pecho
y que haré con mis labios huérfanos.

Colección Hablemos de ti

ALIMENTO DE ENAMORADOS

Vivo sin vivir en mí,
porque busco en ti amor
y solo encuentro distancia
en cada acercamiento
y en cada uno de ellos
salgo malherido.

¡Y es todo tan sencillo!
Solo busco en cada beso
un pacto de amor tierno,
sellado en secreto
en cada uno de ellos.

Así de simple yo lo veo,
que el amor entre por la boca
y nos envenene todo el cuerpo,
desde la cabeza hasta los dedos.

También confieso, amada mía,
que si fuera así también,
seguiría sin vivir en mí,
porque hace tiempo
que me rendí ante tus encantos
y te entregué mis armas;
mi cuerpo y me mente.

Y ahora que estoy en tus manos,
me he vuelto como un niño
y el tiempo se me hace eterno
entre beso y beso.

Y cuando estoy solo me alimento
de recuerdos de aquellos momentos
en que estuvimos juntos
y me lamo las heridas
como gato panza arriba.
Colección Hablemos de ti

PERMÍTEME QUE TE CUENTE COMO ES ELLA


Si tuviera que hablarte de ella,
tal vez me excediera
y en el intento pecaría
de falsa modestia.

 Si te dijera que ella
es la luz de mi camino,
y que sus ojos guían mi destino.
Que son ojos oscuros en noche ciega
y en el fondo de cada uno una perla.

Pensarías estimado lector,
que estoy desvariando,
pero sin alteración
seguiré explicándote cómo es ella. 

Es fina como hilo de seda,
sus dedos hablan al moverse
y sus pies caminan descalzos
sobre pétalos de clavel.
Labios de flor en jardín prohibido,
me tientan como el polen a la abeja.

Tal vez amigo,
pienses que mi pluma
me delata y sin remedio
dejo que escriba sola,
desde lo más hondo de mi corazón
donde el primer día que la vi ella anida.

Cintura de aguja, donde mis manos
se dejan llevar como trucha río arriba.
Pechos de luna llena, de pan de oro,
piel dulce de color de miel,
olor fresco de azucena.
Su pelo negro ondulado
juega con cada soplo de viento.

Sueño eterno de un pobre poeta.
Musa y delirio de mi tintero,
desde donde sale el retrato
de mi amada en blanco y negro.

Perdona amigo,
si crees que en mi relato
he sido exagerado,
pero así es cómo la veo a ella.
Colección Hablemos de ti

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NO, TÚ Y YO NUNCA SEREMOS ROMEO Y JULIETA. Se moría la vida mía por acostarme a tu lado, aunque fuera un rato, un rato largo, claro. Solo pa...