Parece ser que después de seis días ninguno de nosotros hemos tenido ninguna reacción virulenta y todo indica que somos asintomáticos. ¡Gracias a Dios!
Lo que he sacado en claro con este suceso es que todos de una manera u otra tendremos que pasar por el aro, unos con más suerte que otros. Deberemos tener mucha paciencia y cuidarnos mucho individualmente de los contagios porque nunca sabrás en donde te puedes topar con el virus.
Porque vamos a ver; lo de las vacunas todavía lo veo bastante verde. Nos vendieron el producto como si fuera la panacea y de momento se nos a quedado corto. Y es que nada es lo que parece. A estos señores tan serios e importantes de la OMS que salen por la tele hablando en extranjero, le damos más importancia que a los que hablan castellano, pero a la fin y al cabo, la cagan igual que los nuestros. O sea, que estamos en el punto de partida, es un forma de hablar, porque estamos muchísimo peor. Todo es relativo, ya sabes: ... según del color del cristal con que se mire.
A este paso, entre las vacunas "robadas", las mal vendidas y los contratos de marras, esto va para largo y no creo que para la próxima navidad podamos hablar de rebaño ni de ovejas. Así que hazte un favor y ponte a buen recaudo. ¡Sálvese quien pueda!
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.