SOÑAR NO ES MALO.
Debo de confesar, que ayer noche soñé, ¿qué soñé? Como no podría ser de otra manera, ¡Soñé contigo! Esto no es nuevo, y lo sabes, pero te juro que no recuerdo si jugué con tus labios o con los pechos.
Que yo sueñe contigo, sin filtros y sin dejar pasar ni una noche, ya lo tengo asumido, aunque tengo el presentimiento de que tendré que visitar al médico para hacérmelo mirar.
¡Y no me dirás, que necesito volver a soñar de nuevo!, porque no recuerdo, si esta noche te di un beso y ni siquiera si te dije… Te quiero.