el tiempo pasado
y me agarro a él
como un ávaro.
De entre las insípidas hojas,
de unos locos enamorados,
han vuelto a florecer sentimientos
que ya creía olvidados.
Vuelve a sonar el viento
entre los pinos verdes,
donde nos resguardamos
del resto de los humanos.
Renglón a renglón,
frase a frase,
he vuelto a recordar,
los caminos que recorrían
los dedos sobre tu cuerpo
y el sabor a mora de tus labios.
¡Y pensar que hemos vuelto
a despertar al verbo amar!
Pero ahora temo
que en el último capítulo,
nos volvamos a hacer daño.
Porque yo, no dudes, siempre te he amado.
Colección Muñecas de trapo