MANÀ, MANÀ.
De tus manos se desprendía la esencia del mimo, y en tu cintura, se enredaban mis brazos buscando un ciego abrazo.
El fuego y la marea luchaban en mis entrañas, para no asustar tu alma tranquila, esperando como ave de rapiña que cayeras rendida en mis garras.
Llego el día en que tus labios se fundieron sobre los míos y aquel simple beso, se convirtió en mi maná preferido. Desde aquel instante, se encendió la llama del deseo.
Llego el día en que tus labios se fundieron sobre los míos y aquel simple beso, se convirtió en mi maná preferido. Desde aquel instante, se encendió la llama del deseo.
Colección 💯 PALABRAS DE COLORES.