en que nos revolcábamos,
entrelazando nuestros
enamorados cuerpos.
enamorados cuerpos.
Y las paredes pintadas de cal
añoran las noches en que nos
endulzábamos de joyosas miradas.
Llora la paleta y los pinceles
con que pintabas nuestros
sueños de colores.
Nos cubría de calor el sol,
de quien llegué a estar celoso
por bañar tu piel de sudor.
La luna era nuestra cómplice
y enmarcaba de plata
nuestras noches de amor.
Miro sentado el cuadro
que pintaste en el espacio,
mientras las sirenas cantan
y el frío viento del mar
trae el perfume de tu cuerpo.
trae el perfume de tu cuerpo.
Llámame desde el otro lado,
de este romántico cuadro
y acerquémonos al lienzo
que nos separa.
que nos separa.
¡Gritemos al cielo!,
para romper las cadenas
que condenan nuestros corazones.