lunes, 20 de diciembre de 2010

MIS CIEN BOCAS

La soledad me desespera
y me reconduce por caminos
perdidos en el frío recuerdo
del inicio del primer encuentro,
en donde naciste para mi boca.

Como colibrí, besé tus labios.
Con mano de seda, llegó aquel beso
de mis cien bocas ansiosas,
en donde aprendiste en cada una
el sabor de cien pócimas mágicas.

Recuerdo, ahora que la soledad
se obstina en memorar el pasado,
que me amabas con un amor inusitado,
y puedo gritar a los cuatro vientos
¡que juro que me amabas, que me amabas,
como a nadie jamás has amado!

¡Oh, mi flor de alhelí,
y también juro que mi boca
nunca saboreó tanta frescura,
y en cada uno de los cien besos
un manantial de agua fresca
me erizaba todo el cuerpo!

Hoy te acuso de ser la ladrona
de mis noventa y nueve bocas,
porque el día que te fuiste
me dejaste con una sola
y con el desespero de aquellos
noventa y nueve besos
que morirán presos en tu boca.

La soledad me mata, el tiempo pasa.
Yo lloro mis bocas y a ti
porque ya no te quedan besos.
¿Cuánto tiempo podrán vivir
las bocas sin los besos?


Colección Hablemos de ti

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta la poesia,pero yo no tengo la capacidad de espresar

JJCardona dijo...

Amigo-a. Si yo te contara los primeros poemas que hice, parecían hechos por un niño de cinco años, pero poco a poco aprendí a sacar las palabras del corazón. Busque y leí libros e intente inspirarme en otros grandes poetas y poco a poco me di cuenta que dentro de mi había un alma de poeta.

También confieso que no me creo un gran escritor, ni tan siquiera mediocre, pero si que al menos he conseguido dar luz y sombras a mis pensamientos. A veces les digo a mis amigos, que lo único que hago, es hacer fotos a mi subconsciente.

Si te gusta escribir ¡escribe!, el primer sorprendido serás tú y aprenderás a conocerte mejor a ti mismo.

Un saludo Juanjo

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