y pongamos claros los valores,
pongamos las manos sobre la mesa
y mirémonos en el espejo.
¡Qué indefensos nos vemos desnudos!
Sin defensas, sin mentiras que nos protejan.
Un viento frío que llega del mar
me eriza la piel y los recuerdos me emocionan.
Tenemos tiempo de hablarnos;
elijamos bien el silencio
y busquemos gestos que no nos hieran.
El espejo refleja todo aquello que amé...
Un cuerpo desnudo, limpio y sin invenciones.
Quiero un amor sincero y puro.
Igual, igual que el que ahora veo
al otro lado del espejo.
Colección Poemas sin ton ni son