donde ahora me he sentado a escribir,
he destapado la botella del pasado.
He ido llenando la copa a chorros de vida,
de un pasado cercano
y a cada sorbo me quedo helado
cuando pienso que nos has abandonado.
Bebo de un trago todo lo que me hace daño
y me sacudo el presente a fuerza de largos tragos.
Y vuelvo al pretérito.
Allá donde todavía puedo verte a mi lado.
Felices y contentos nos mezclamos con la gente.
Reímos a la vida de chicos adolescentes,
haciendo castillos y ampollas de jabón.
De un arrebato rompo la botella vacía.
¡Vacía de vida!
Y tu rostro blanco difunto llora.
Llora al mirar, casi sin mirar
una foto abandonada en algún cajón.
-¡Mira, aquí estamos todos,
parecemos tan felices!
¿Te acuerdas?
- ¡Sí, hombre, sí!
- ¡
Claro!
- ¡
Lo pasábamos tan bien.
-
Lo pasábamos tan bien todos juntos!
-
Ha llegado la noche
a mi rincón lleno de teclas.
a mi rincón lleno de teclas.
La noche cansada
y dolorosa
nos ha acercado el uno al
otro.
De repente
cierro los ojos llorosos
y borracho de
recuerdos
hago un salto al
presente.
Y de un golpe, cierro la
puerta
que el tiempo nos abre de vez en cuando
que el tiempo nos abre de vez en cuando
para mirar a través
de las sombras.