Quisiera decirte, amada,
que
me muero en silencio
cada
vez que tus labios me rozan
y
se convierten en beso.
Dulzura
de miel, de azúcar.
Reconduce
mi alma, uno solo de ellos.
Róbame
el deseo, quítame el anhelo,
pero
no ahorres un solo beso,
¡que
ahogas mi aliento!
Cómo
callar cómo me siento
si
es un secreto a voces,
que
si no tengo tus labios,
mi
corazón no tiene alimento,
porque
le falta el oxígeno
que
hace que se sienta enérgico.
Confieso
en el silencio del beso,
que
me produce excitantes deseos.
Lamerte la piel, por fuera y por dentro.
Amarte, amarte como un poseso.
Abrazarte
en silencio, abrazarte a fuego lento.
Besarte, besarte en un beso eterno.
Ves cómo el silencio a veces es bueno
y es mejor que hablen los besos,
porque a mí, me da miedo...
¡hasta cuando el roce de tus labios,
se convierte en beso!
se convierte en beso!