La princesa Leonor de Borbón se nos va a estudiar a un colegio de pago a Gales, Reino Unido. La niña o mejor dicho la jovencita, se ha ido convirtiendo en una más de la familia. Llevamos 15 años sabiendo de ella por la tele, en revistas y periódicos y entra en nuestros hogares mucho más a menudo que algunos familiares. La hemos visto crecer. Y mira tú por dónde se nos ha hecho una mujercita y en septiembre se va dos años al extranjero a estudiar el bachiller.
Que estés o no de acuerdo con la monarquía es una cosa y otra muy distinta es que alguien con posibilidades económicas mande a estudiar a su hijo o hija a uno de los mejores colegios del mundo. Y cuando digo, de pago, lo digo con todas las consecuencias. Vamos a ver: Unos mandan a sus hijos a estudiar aquí, al pueblo de al lado, a un colegio de pago o público. Otros los mandan a Barcelona, Sevilla o Valencia a estudiar una carrera universitaria y les alquilan una habitación de una pensión de mala muerte o van a casa de la tía Enriqueta. Pero si de verdad pudiéramos, cualquier padre, los mandaría a Estados Unidos o donde pensara que tendría la mejor educación posible, porque la cuestión es que al final del meollo el destino lo marca la factura del colegio.
¿Qué a ti no te sobran 76,500 € para la educación de tu hijo? Pues nada, ya sabes, a la escuela pública. ¿Qué tu negocio es rentable y vas sobrado? Pues ala, donde te dé la gana. Faltaría. Y sobra decir que la familia Real no anda mal de dinerito.
Vamos a ver, que la niña no estará sola en el UWC. Atlantic college de Gales. (Solo el nombre ya impone). Porque en este colegio tienes de pedir plaza con años de antelación y está repleto de chicos y chicas de padres ricos de todo el mundo que están encantados de poder pagar la formación de sus hijos o hijas.
Te digo de verdad que si yo estuviera podrido de pasta, también hubiera mandado a mi hijo a los mismos colleges que Leonor. Mi hijo, en su momento, no fue a estos tipos de colegios, pero también digo que estamos orgullosos de él y de haberle podido darle una educación digna.
Solo le pediría a Leonor que aproveche el tiempo para ser merecedora de este regalo que le hacen sus progenitores con la colaboración del pueblo español. De nada.
Escribo poemas a la soledad, para hacerle compañía, haciéndole la espera más corta y más dulce la sonrisa. Soy de los que creen en el sonido del silencio o de los que habla con el mar. ¡Soy de aquellos que la gente piensa que estamos locos!
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