y salir corriendo,
tuvo que escupirme
para darme cuenta
que vivía encerrado
en una casa de muñecas.
que el cielo me iluminase
y viera claro que me tenía
hundido en un rincón
Dejé que el tiempo eligiera,
y me equivoque.
No fueron suficiente
las lagrimas ni los engaños,
no fue suficiente con amarla
hasta la locura, hasta la tortura,
tuvo que sangrarme
hasta ver el color de mi sangre
y si por ella corría su nombre…
¡No, no, nunca tuvo bastante!
olvidó el tiempo que perdí
enseñándole a amar.
Olvidó las noches de amor
y de abrazos infinitos,
y como no, los besos salados
que le di en la orilla de la playa
hasta convertir sus labios en sal.
que no paseo por su calle
y que no pronuncio su nombre…
¡pero sigo añorando sus cadenas!
Colección Pescador de ilusiones