cuando olí tu perfume
y miré a diestro y siniestro
sin dar contigo.
Me senté a recordar.
Y salí corriendo,
como loco poseído
siguiendo tu rastro.
No te encontré.
Sin consuelo...
no te encontré.
Y ahora, cabizbajo,
vuelvo sobre mis pasos
y sigo oliendo
aquel perfume
que antes yo te regalaba.
Colección Poemas Sin ton ni son