miércoles, 13 de octubre de 2021

UN DIA CUALQUIERA EN EL BAR DEL PUEBLO

Desde el bar de mi pueblo, sentado, se divisan los montes de pinos que rodean el valle cubierto de amapolas y margaritas blancas. Desde aquí y hasta donde alcanza la vista, veo a niños jugando con una pelota de trapo ensuciándose los zapatos de domingo. Y al cura a la puerta de la Iglesia saludando a los parroquianos con la mejor de sus sonrisas. Apuro mi trago acariciado por la brisa del campo y un sol de justicia, mientras pasa el mundo por mi lado. Cruza un coche, un carro, una bicicleta y una vieja moto. Rompe el perro a ladrar salvaguardando su parcela. Observo el camarero, relincha el caballo, grita un niño y el cura entra a dar la misa de las doce.

Sigo allí, mirando como pasa el mundo sin algarabías. El sol ilumina las casas pintadas de cal y los pájaros pian desde los árboles que les dan cobijo. Las sombras se deslizan cuál fantasma por el pueblo y las manecillas del reloj caminan sin prisa, pero sin pausa, mientras voy apurando mi trago. Los feligreses salen del templo, los niños se han marchado a sus hogares y los forasteros han desaparecido por encanto. Vuelve a pasar de vuelta el carro, la bicicleta y la moto vieja. Todos van de regreso a sus casas y yo sigo sentado con mi cerveza sobre la mesa, observando como pasa un nuevo y sencillo día de mi vida.
 
 
 Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.

LUNA NEGRA

               LUNA NEGRA Soy yo el que quisiera librarme de ti y el que quiere olvidarte sin perder la vida en el intento, que ando algo da...