Estamos confundiendo la gimnasia con la magnesia, y es que nos han metido tanta mierda en el cerebro con la información del día a día, que no sabemos si hablamos del Covid-19 o de la crisis económica.
Hemos pasado del desconocimiento total del virus, al "sábelo-todo" de la pandemia, y eso, solo con apretar el "ON" del mando a distancia. Llevamos una diarrea mental con tanta información dirigida, que se nos cruzan los cables y vamos pregonando tonterías a los cuatro vientos. Como si hubiéramos hecho un Máster en Nueva Jersey.
Y no es por menos, no hay robot que asimile tantos datos en tan poco tiempo. Entre los negacionistas, "los exceso-proteccionistas" los salvadores de la humanidad y los pasotas- virus, hemos creado una sociedad de lo más variopinta: pesada y toca narices.
Pero a cualquiera de estas "especies" le abres los bares y babean por las cuatro esquinas sin importarles la mascarilla ni su puñetero primo. Aun así al levantarse de la silla, su concepto del bien y el mal cambia por completo y se transforman en agentes del orden público.
Pues eso. Que ya no nos importan los muertos, ni los vivos. Ahora lo más importante es saber donde ir de vacaciones. Porque según algunos, necesitan desconcertar de esta maldita enfermedad que por poco nos vuelve a todos locos, Y eso sin contar con los muertos, que son los únicos que suman en las estadísticas.
Pues nada, a disfrutar que son cuatro días. Pero no olvidéis que el virus esta vivito y coleando y no se olvida que somos una presa fácil. Solo con remover el agua de la bañera ya tienes el cirio montado en tu casa con la olita de marras. Tú por si acaso no te salgas de las normas, que aquí, el que no corre, vuela y lo paga con la vida.
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