cuando mi nombre no baje por tus venas,
cuando tu manos no retengan el calor de mi piel,
cuando de tu boca ya no broten delicadas palabras.
Sólo entonces, llámame.
Recuperaré en los primeros colores del alba,
las horas en que la luna y tú fuistéis mis cómplices.
Volveré a susurrar al viento desconocidos
cuentos perdidos en el tiempo.
Amasaré en tus labios nuevos besos,
y al gatear de mis yemas en tu cuerpo,
encenderé un nuevo anhelo.
Si alguna vez tu amor por mí se apaga,
sólo entonces, llámame.
Arrancaré de entre mis dientes
unos nuevos pendientes.
Teñiré de plata las sombras de aquellas noches,
cuando derramabas lágrimas de desesperanza.
Colección Hundido en mi colchón
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