y a soñar a través de mis ventanas
en frías noches de tormenta,
mientras contemplaba las calles mojadas.
Como preso encerrado en mi casa,
nada comprendí de lo que sucedió
en aquellas noches románticas,
que en tus locas formas me abrasaba.
Ahogué las lágrimas que fluían
de mis ojos como manantiales,
escribiendo tu nombre con mis dedos
en el vaho de los cristales.
Colección Hundido en mi colchón
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