de recuerdos añorados de otro tiempo,
que bullen como fuego dentro de mis venas.
Conservo en mi libro de versos preferido
la flor marchita que me regalaste
y aquella antigua foto perdida en mi vieja cartera.
Alimento mis noches de cuando eras mía
y me encierro en mí mismo para perpetuar
el primer clavel de amor
que nació en mi jardín interior.
Hoy te tengo dentro de mi corazón callado,
pero más tarde, cuando el verso se conjugue
en presente, y mi viaje al pasado haya terminado,
contemplaré el incuestionable paso
de los años reflejados en el espejo.
Colección Hundido en mi colchón
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