ESTATUA DE MÁRMOL

De tanto caminar,
de tanto dar vueltas ya me he cansado.

¡Me he cansado de tantas cosas,

que ahora no sé por dónde comenzar!

Será que alguien me ha hecho andar

una y otra vez sin destino y que
al final he envejecido prematuramente.

¿Soy tal vez acaparador o perezoso

a la hora de razonar?

¿O será todo más difícil y el cielo
no es azul cuando yo así lo veo?

¿O es que no sé hasta dónde
llega el hilo del horizonte?

¿O será que no sé decir ¡basta!

cuando el vaso está a punto de rebosar?

¿Por qué vivo siempre nervioso?

¿Por qué ya no siento el calor del sol?

¿Por qué me he dado cuenta
tan tarde que la vida me va quitando
todo aquello que más quiero?

No me dejaron entrar,

Ni tan solo se quién
fue el primero en llegar.

Y muero por saber quién
fue el último que cerró la puerta.

Cuando yo llegué, ya estaban
las luces cerradas y el humo
de la chimenea llegaba hasta la ciudad.

Fue entonces cuando perdí el mundo de vista,
el aire se volvió asfixiante y las hojas
amarillas del otoño me cubrieron los zapatos.

Quedé con el puño cerrado,

como una estatua de mármol

decorando el jardín.

 Colección Poemas sin ton ni son