con las manos llenas de promesas,
como quien lleva un puñado de mar.
No es la primera vez
que tus palabras mienten.
¡No sé por qué cada vez vuelvo
a caer en tus redes!
¿Tal vez será que estoy
prisionero de tus labios,
igual que mi inmenso amor
se hizo esclavo de tu talle?
Volverán a madurar los frutos de tus árboles,
le seguirá el otoño y los campos
volverán a bañarse en agua de lluvia.
Caerán las largas noches de invierno
y la chimenea volverá a calentar la habitación
con la leña que yo volveré a reponer...
Y seguiré esperando eternamente
aquel gran amor que un día me entregaste.
3 comentarios:
¿Quién puede resistirse a una chimenea con su fuego encendido?
Bellísimos versos Juanjo, siempre es un placer leerte.
Te envío varias olas están hermosas, bonito fin de semana!
Hola Cristina.
Siempre es bueno tener el calor de una chimenea encendida, pero sobre todo es un placer tener el cuerpo de una persona amada a tu lado.
El mar esta en calma y las olas llegan riendo hasta mi orilla.
Un beso. Juanjo
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