UNA BRUJA ANDA SUELTA POR MI CASA.
Cuento tiempo debe de hacer que me tiene retenido en su cama colgado de un hilo, bajo los conjuros de un cuerpo de bruja mala, mala, pero muy mala. Cuantas pociones no he debido de beber, en el tiempo que ando yo fuera de mí mismo, y cuanto la quiero, !Dios mío!, que para mi desgracia, una noche loca, muy loca, le entregué hasta el alma mía.
Siempre ella. Ella, ella es la que con sus cánticos satánicos se adueñó de todo lo mío, hasta el punto que me dejó sin amor propio y con la conciencia extraviada. Y ahora vivo entre dos verdades opuestas, la suya y la mía, y siempre gana su apuesta que me deja mudo y sin palabras cuando me mira con su carita de brujita guapa.
Y yo, un simple preso de sus encantos, que dicho sea, las tiene a raudales, de mujer apoderada. Confieso, muy distante de mi mundo real, que me dejo llevar por sus abrazos y sus espesos besos, cruzando el universo hasta llegar a perder el oremus.
Y ahí sigo, luchando a brazo partido, entre la realidad y la fantasía, entre un oscuro mar embravecido y un cielo de tonos azules del que no conseguiré liberarme facilmente.
Juanjo Cardona
Colección: HISTORIAS DE MENTIRA.
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