miércoles, 5 de junio de 2024

NIGHTS IN WHITE SATIN

                                                    NIGHTS IN WHITE SATIN                                                                    
Cómo voy a olvidar de mi memoria, aquella noche de luna púrpura, junto a mi amada, sobre una cama de sabanas de blanco satén. Se le caían los parpados del sueño acumulado de toda una noche desvelada de un trajín descontrolado. Y no era para menos, porque los juegos del placer nunca tienen sueño y si no se controlan pasan factura justo a la hora del alba.
 
Su voz se asemejaba al susurro de los pájaros cantores, a la que había que alimentar con besos e historias sacadas de mi mente para que el tiempo se diluirá entre dos cuerpos enamorados. Y así, de esta manera, las horas fueron transcurrieron, entre gemidos, suspiros, y cantos de sirena que nos fueron visitando para ser testigos de nuestro deseo incontrolado.

En el amor no hay nada más sencillo que realizar un conjuro al espíritu del placer para que aparezca al instante en los cuerpos entregados de labios purpúreos. Bocas de amantes que se entregan con pasión sin rendición alguna hasta el final del duelo. 

Bella es la constancia de haber llegado a los albores de la madrugada sobre una cama de pétalos de rosas que adornaban sus pechos de miel de reina y en su sien, lucia una corona de flores, sacada de Dios sabe dónde. Sus ojos se fueron apagando cuál dulce delirio que el cielo iba apagando a su paso por la estancia, para que pudiera seguir soñando con las hadas del bosque encantado. 

Y allí, me quedé yo, quieto y expectante, al lado de tan bella durmiente, cuidando su sueño y preocupado por mi futuro incierto, junto a la mujer de la que en una sola noche me había enamorado. 

Juanjo Cardona.

Colección: HISTORIAS DE MENTIRA. 

No hay comentarios:

QUÉ TIEMPO TAN FELIZ

QUÉ TIEMPO TAN FELIZ. Por aquel entonces, los veranos en Ibiza eran calurosos. Al anochecer nos sentábamos en la heladería «los Valencianos»...