COMO ESCONDER UN ÁNGEL EN LA CAMA
Qué no, qué no te miento. Te lo prometo, que su piel se vuelve de color púrpura escarchada con tintes malvas, y cambia de color a capricho de la luna.
Amigo, te juro, que no duermo, que ando sonámbulo por toda la casa. Que mi ángel es un espectáculo de luz y color y huele a romero. Que voy perdido de un lado a otro sin sentido, enamorado de este angelito que me está quitando el sentido, y sigo aguantando como un bendito.
Por la mañana, no me atrevo a despertarla y la dejo a su antojo que haga lo que le venga en gana. Te digo en serio, que ella no es humana. Por la mañana, me visto desolado por tener que abandonarla y me muero de tristeza, por no ver como se las apaña para volver al cielo.
Y así, va pasando el día y cuando vuelvo, ella está esperando mis besos como agua bendita y mis caricias como el maná de la vida. Me coge de la mano, me acaricia, me besa, me ama y me posee cuál posesa.
De esta forma tan hermosa, agotados de tanto amarnos, a media noche, la luz de la luna entra por la ventana y es entonces cuando me abraza y me da las buenas noches, con un "piquito" dorado.
Y así, amigo mío, ando loquito, por qué estoy seguro de que es un angelito caído del cielo, y yo la tengo guardado en mi cama. La quiero, la cuido y vigilo su sueño y aunque ando yo enamorado perdido, la amo pacífico y tranquilo. Hasta donde me llegan los sentidos.
Juanjo Cardona.
Colección: RELATOS DE MENTIRA.
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