sábado, 14 de noviembre de 2020

LA MUERTE TENÍA UN PRECIO... II

Yo sigo a mi rollo dándole vueltas a eso de la vacuna. No me cabe en la cabeza que tenga de salir por un ojo de la cara salvar a la gente de un virus que puede matar a millones de personas y tengamos de pasar por el tubo de las farmacéuticas. Que además de estar subvencionadas con dinero publico y haberse hecho de oro con otros cientos de medicamentos, sean ellas las que pongan el precio a la vida. Una cosa muy distinta es tener el capricho de comprar una cajita de viagra para ir empalmado todo el día y pagar el gusto y las ganas para ver como te crece el pene, y otra es morirte de pena por haberte contagiado con el dichoso Covid-19.

En el mundo tenemos una pandemia cada unos cien años y en casos tan especiales, las farmacéuticas deberían tener la obligación de poner la vacuna a precio de coste y tener la prioridad de salvar vidas humanas y si pusieran alguna pega se les privatiza  y santas pascuas. 

La sensación es de impotencia y no lo digo por lo de la viagra, sino porque la vacuna no es un artículo de lujo, es una necesidad que hay que compartir a coste cero con los piases más pobres del planeta. 

Creo sinceramente que aquí hay mucha gente que chupa del bote y prefieren ponerle precio y repartirse entre cuatro mangantes las ganancias. Mientras tanto el pueblo seguimos siendo manipulados y nos creemos a pie juntilla todo lo que nos cuentan con tal de que nos salven la vida y de paso que nos vendan las pastillas azules con las receta de la seguridad social. 

Pues nada, que cada uno haga sus cuentas y se gaste su dinero con lo que quiera, pero a este paso no nos quedará ni para comprar aspirinas.

 

 Colección. CRONICAS DEL CORONA VIRIS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.

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