Nada, que no me lo puede sacar de la cabeza, que cuando parece que voy a pasar página aparece otra farmacéutica y dice que ya tiene a punto otra vacuna.
Esto será un no parar, al final será verdad que habrá vacunas para dar y regalar. Y me alegro, vaya que si me alegro. Me alegro por todo y por todos: por la salud, por la economía. Por volver a ser los que éramos y no mirarnos de reojo como si fuéramos portadores del Covid-19. Pues por todo esto y también por los besos y los abrazos, por las cenas con los amigos y por todas las cosas que me he dejado en el tintero.
Solo hace falta mirar el IBEX 35, la bolsa española y la de todo el mundo para darte cuenta que esto va en serio, que hay una tenencia importante en el mundo entero apostando por estas farmacéuticas. En el menester de jugar a la bolsa yo nunca he sido muy entendido, aunque hace años un amigo me apuntó a un cursillo. Reconozco que estas noticias para los entendidos ha sido una gran inyección de moral y de dinero y han hecho subir la bolsa hasta cifras que hacía meses eran impensables. Estos brokers nunca apuestan a caballo perdedor. Es un dato para tener en cuenta.
Felicitémonos, pues parece que vamos viento en popa y a toda vela y aunque no sabemos cuando tiempo deberemos esperar, algo de esperanza nos dan las buenas noticias. Vamos ha confiar en que todo sea cierto y que empiecen cuánto antes ha inyectar las vacunas.
Quiero ser optimista y resaltar que detrás de estas vacunas ha habido unas mentes privilegiadas y grandes profesionales que han trabajado muy duro y estoy convencido de que cuando salgan al público serán seguras.
No es que yo quiera hacerme el valiente, que va a ser que no, ni tampoco mi intención es donar mi cuerpo a la ciencia, pero pienso ser de los primeros en ponérmela... o esperar a que me toque, que tampoco es cuestión de andar a codazos.
Colección: CRONICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
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