Miedo me da, y es que últimamente
están insistiendo en que nos pongamos la vacuna contra la gripe, no vaya a
ser que también te contagies y vaya a
ser un lío distinguir entre la gripe común y el Covid-19 que viene a ser lo
mismo, aunque esta última es más peligrosa y no dispone de vacuna alguna. Esto de ser el primero en inventarla se ha
convertido en una carrera y cualquier
día nos sorprenden y ya la tenemos a la venta en la tienda de los chinos de la
esquina.
Y esto es lo que me preocupa. No es solo por la gran cantidad de laboratorios que están empeñados en ser los primeros, sino por las barbaridades y reglas que se están saltando. Incluso algunos, en vez de usar conejitos de indias, cogen a voluntarios que les hacen la función de ratoncitos. Estas cosas tan delicadas tienen un protocolo y en este caso se lo han pasado por el forro. Pues que vayan con cuidado, porque se les pueden mutar el invento y el "Thriller" de Maikel Jackson se va a quedar corto y entonces si que la habremos cagado.
Están saliendo prometedoras vacunas con la vocación de salvar a la humanidad: Los rusos van en cabeza, los americanos están cerca, los ingleses están listos para ponerla a la venta y los chinos, los chinos a la chita callando ya las están usando. Anonadado me tienen y al mismo tiempo acojonado. Tengo una duda al respecto porque supongo que las fabricarán de colores para los niños y con sabores a chuches. Y para los adultos tendrán gusto a típicas bebidas del país de origen: la rusa tendrá sabor a Vodka, la américa a Coca Cola, la inglesa a Jhonnie Walker, la China a Vino de arroz y la española... a coñac Veterano.
No, no tiene niguna gracia que jueguen con algo tan serio como es la salud pública, que no se trata de ponerse medallas o ganar unos cuantos euros demás. Que si tenemos que esperar un par de meses más, se espera, que tampoco tenemos tanta prisa. Pero ¡por favor! que cuando salgan al mercado que valga la pena y cumpla con su cometido que es solo la de salvar vidas humanas. Gracias.
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA PADRE QUE LO PARIÓ.
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