Que desde que empezamos con los protocolos llevo tres libretas llenas de órdenes y tachones. Juro que la mayoría nos lo tomamos en serio. Vamos, muy en serio, menos los "Negacionistas" que nadan contra corriente. No se si esta postura molará más o menos, pero al menos cuando salgan, que hicieran lo que viesen, de lo contrario que se queden en su cuarto sin dar la lata.
Corren malos tiempos para todos y nos cuesta adaptarnos a los cambios y es que a diario nos dan palos por todos los lados e incluso nos multan a justos por pecadores. Algo no hacemos bien, pero no solo los ciudadanos de a pie, también ellos, los que están en el “quinto cielo”, dirigiendo el catarro y siguen dando palos de ciego y va pasando el tiempo entreteniendo al pueblo llano.
Pues eso, ahora, no podemos saludar con el codo, tienes de ponerte la mano en el corazón. Qué quieres que te diga, a mi no me gusta. Están consiguiendo a la chita callando, que cada día nos distanciemos un poco más. De besos y de abrazos ya ni hablamos. ¿Quién no se acuerda de cuando bailábamos lentos? Abrazados, mejilla con mejilla y de vez en cuando... un piquito. Todavía cuando lo recuerdo se me pone el vello como escarpias...
"Bailar de lejos no es bailar, es como estar bailando
solo. Tu bailando en tu volcán y a dos metros de ti..." "Bailar
pegados es bailar, igual que baila el mar con los delfines. Corazón con
corazón, en un solo salón, dos bailarines..." Snifff, Snifff.
Colección; CRONICAS DEL CORONAVIRUS Y LA
MADRE QUE LO PARIÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario