ángel de reflejos de oro,
que me reclamas con tu olor,
para que acerque a ti
mi desangelado cuerpo.
Mis manos sobre tu piel
no aciertan el camino.
Las ideas se me enredan
y tiemblo como un hoja
de tantísimo deseo.
Prenda de mi amor,
si un día pudiese
acercarme a ti,
mis dedos te hablarían
de todo aquello
que calla mi cuerpo.
Colección Muñecas de trapo
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